La medida penal incluiría al ministro de asuntos militares israelí, Yoav Galant, y al jefe de estado mayor, Herzl Halev, según informes políticos israelíes.
La Tormenta de Al-Aqsa parece estar sacudiendo muchas de las narrativas falsas impuestas por el sionismo internacional y sus aliados occidentales en el mundo. Entre ellas, el término “antisemitismo” utilizado como escudo por Israel, y la noción del “derecho sagrado de Israel” a defenderse, incluso si eso implica la masacre de un pueblo y la violación de sus tierras sagradas.
A pesar del respaldo total de Occidente, liderado por Estados Unidos, a Israel en términos militares, políticos, económicos y mediáticos, nos encontramos ante una situación sin precedentes: Israel enfrenta a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que le ha exigido tomar medidas inmediatas para detener actos de genocidio y mejorar la situación humanitaria en Gaza. Después de la abstención de Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de la ONU logró aprobar una resolución que insta a detener los ataques. Hoy, la Corte Penal Internacional (CPI) está lista para emitir órdenes de arresto contra criminales de guerra como Netanyahu, Galant y Halevi. Este hecho confirma que el despertar de la conciencia mundial no habría sido posible sin la resistencia en Gaza, la paciencia de su pueblo y la sangre de sus mártires.
Netanyahu, en un intento por mantener la apariencia de una era pre-Tormenta de Al-Aqsa, minimizó la importancia de cualquier posible orden de arresto que la CPI pudiera emitir contra él o los miembros de su gabinete. En una publicación en X, declaró: “Las decisiones del tribunal no afectarán las acciones de Israel... Bajo mi liderazgo, Israel nunca aceptará ningún intento por parte de la Corte Penal Internacional en La Haya de socavar su derecho fundamental a defenderse a sí mismo”.
Lo que se ha divulgado sugiere un panorama preocupante para Netanyahu y su círculo cercano. Según informes del canal israelí Channel 12, existe un ambiente de inquietud y desasosiego entre las altas esferas del poder israelí ante la posibilidad de enfrentar órdenes de arresto por crímenes de guerra en Gaza. En un giro sorprendente, se han llevado a cabo reuniones de emergencia en la oficina del primer ministro, con la participación de prominentes líderes militares, políticos y judiciales, en un intento por buscar apoyo de los aliados occidentales, especialmente de Estados Unidos, y frenar cualquier acción legal en su contra.
Al mismo tiempo, observamos una creciente ola de protestas en las universidades estadounidenses y occidentales, que está sacudiendo la conciencia colectiva y moral, largamente adormecida por el sionismo. Estas manifestaciones son más que un rechazo a las narrativas israelíes impuestas durante décadas, que presentaban a Israel como un oasis de democracia en la región y a su ejército como un modelo de ética. Son una clara denuncia al apoyo estadounidense y occidental que ha permitido la continua violencia en Gaza. En este contexto, las universidades y las élites científicas han alzado su voz, no solo contra el genocidio en Gaza, sino también contra la complicidad internacional que lo ha hecho posible.
Los estudiantes universitarios en Estados Unidos y Occidente han llegado a comprender que la administración estadounidense y los gobiernos occidentales no ejercen una presión real sobre el régimen de Israel para detener la guerra. Todo lo que hay es una discrepancia entre Estados Unidos y Occidente, por un lado, e Israel, por el otro, sobre el curso de la guerra y la operación militar terrestre en Rafah, nada más. Además, estos estudiantes han comprendido que las protestas internas en Israel no ejercen ninguna presión sobre Netanyahu para detener su agresión contra Gaza; su objetivo se centra en la liberación de los prisioneros, no en detener el conflicto. Por lo tanto, las universidades en Estados Unidos y Occidente han alzado la voz para protestar exclusivamente contra el genocidio en Gaza.
¿Quién hubiera creído, hace apenas siete meses, que Israel, que estaba por encima de toda ley, comparecería ante la Corte Internacional de Justicia acusado de cometer genocidio en Gaza? Y que la CPI estaría preparada para emitir órdenes de arresto contra Netanyahu y su pandilla terrorista por crímenes de guerra en Gaza. Si estas cortes se liberan del dominio y la influencia estadounidense y sionista y logran enfrentarse a Netanyahu y su banda, entonces Biden, Blinken y los principales líderes militares, de seguridad y políticos en Estados Unidos deberán enfrentar las consecuencias. Si no fuera por ellos, Netanyahu y su pandilla no habrían cometido las atrocidades contra la humanidad que vienen perpetrando en Gaza.
Fuente: Hispantv