El ejército de EE. UU. bombardeó la presa de Tabqa en el norte de Siria en marzo de 2017, lo que provocó la pérdida de su función, a pesar de que la presa se encuentra en una lista de lugares civiles protegidos que no permiten ataques, informó el New York Times el  jueves, citando a exfuncionarios anónimos.

Las fuerzas de operaciones especiales de EE. UU. atacaron la presa utilizando grandes bombas convencionales, incluida al menos una bomba antibúnker BLU-109 fabricada para destruir estructuras gruesas de hormigón. El ataque provocó que la represa dejara de funcionar, lo que casi resultó en una catástrofe, destacó el informe.

El embalse se elevó unos 50 pies y casi se desbordó, lo que podría haber tenido repercusiones catastróficas que habrían provocado que el número de víctimas " excediera el número de sirios que han muerto durante la guerra ", dijo un ex director de la presa.

El portavoz jefe del Comando Central de EE. UU., el Capitán Bill Urban, admitió el ataque, pero afirmó que se dirigió a las torres unidas a la presa, no a la presa en sí.

El ataque resultó en una situación increíblemente grave que provocó que las autoridades turcas río arriba detuvieran el flujo de agua hacia Siria. En consecuencia, el grupo terrorista ISIS,  las Fuerzas de Defensa Sirias, el gobierno sirio y Estados Unidos pidieron un alto el fuego de emergencia .

Según el informe, los trabajadores de la presa encontraron una bomba revientabúnkeres BLU-109 sin detonar a cinco pisos de profundidad en la torre de control de la estructura, que se especula que está detrás del colapso.

El ejército de EE. UU. bombardeó el lugar a pesar de las recomendaciones de la Agencia de Inteligencia de Defensa de no hacerlo, citando preocupaciones sobre un mal funcionamiento crítico y una inundación mortal.

Según los informes, las fuerzas de operaciones especiales de EE. UU. ordenaron el ataque por una supuesta "negación de terreno" preventiva e inicialmente usaron bombas que explotan en el aire antes de solicitar el destructor de búnkeres después de que el primero no cumplió su objetivo.

Días después del ataque, los combatientes de ISIS huyeron del área, continuando el trabajo de los EE. UU. al sabotear las turbinas durante su retirada.

Fuente: Al Mayadeen