Un nuevo informe publicado este martes por la agencia de noticias Reuters revela que las autoridades francesas han investigado unos 90 del total de aproximadamente 2500 lugares de culto musulmanes en este país bajo sospechas de difundir una ideología “separatista”, que según el Estado desafía el secularismo de Francia.
Tras completar el proceso de pesquisa, el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, ha ordenado el cierre de 22 mezquitas solo en los últimos 18 meses. Una cifra preocupante, que muestra un aumento notable del total combinado durante los tres años anteriores, agrega el texto.
Esto mientras, Francia ya ha anunciado que establecerá verificaciones y controles regulares para las asociaciones islámicas.
Los representantes de las mezquitas dicen que las acusaciones de propagación del radicalismo no están respaldadas por pruebas suficientes.
El Gobierno del presidente Emmanuel Macron está utilizando una variedad de poderes que, según Fionnuala Ni Aolain, relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la protección de los derechos humanos, da una carta blanca a las autoridades para cerrar los lugares de culto sin el escrutinio adecuado y con procedimientos tan opacos que el caso no puede ser anulado.
“El coqueteo con las pruebas secretas es en sí mismo preocupante, pero también viola las disposiciones de los tratados internacionales” relacionadas con el derecho a un juicio justo y la igualdad ante la ley, ha afirmado al respecto.
Las agresiones son más frecuentes contra los musulmanes que contra otros ciudadanos en Francia y no se evidencia esfuerzo alguno por parte del Estado para solventar la cuestión, según denuncian varios activistas y grupos pro derechos humanos.
La comunidad musulmana francesa enfatiza que el Gobierno de Macron procura ocultar los problemas que vive Francia y alerta que las resoluciones contra los musulmanes dividirán todavía más la sociedad.
Francia, que cuenta con unos cinco millones de musulmanes entre su población, se convirtió en el primer país de Europa en prohibir el velo de cuerpo entero el 11 de abril de 2011.