Ello ha venido ocurriendo durante las dos últimas jornadas ligueras del torneo teutón. Así, el pasado día 6, durante el encuentro que disputaron el Augsburgo y el Mainz 05, el colegiado de la contienda, Matthias Jöllenbeck, interrumpió el juego durante unos minutos para que Moussa Niakhité, capitán del conjunto visitante, pudiera hidratarse en el momento en el que el sol se ocultó por el horizonte.
A partir de ese instante es cuando quienes practican la religión musulmana y siguen las directrices del Ramadán, que en esta ocasión se inició el pasado día 1 y se prolongará hasta el 1 de mayo, pueden abandonar hasta el amanecer el ayuno diario que practican, en el que se renuncia a comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales.
El mismo episodio, aunque con diferentes protagonistas, ha vuelto a repetirse este pasado fin de semana. Durante el encuentro entre el Leipzig y el Hoffenheim, el árbitro Bastian Dankert concendió unos minutos para ingerir agua al defensor local Mohamed Siamakan.
Aunque no es algo que haya adoptado la condición de norma, las decisiones de los trencillas se han visto con buenos ojos por parte de la Federación Alemana de Fútbol. El director general de comunicación del Comité Arbitral Alemán, Lutz Michael Fröhlich, ha señalado que «no hay ninguna instrucción general al respecto, pero por supuesto apoyamos que nuestros árbitros permitan esas pausas para beber durante el Ramadán a petición de los jugadores».