No importa el lema de que Canadá se presente como un país de diversidad cultural y religiosa, y una sociedad moderna y abierta, los datos indican que, en términos de islamofobia, la nación vive una crisis de convivencia sin precedentes.
Aún cuando el primer ministro, Justin Trudeau insiste en que la diversidad es el secreto de la fortaleza de un país, Canadá encabeza la lista de más muertes por odio religioso contra el islam de los países del G7. Aún sigue fresca la matanza a seis musulmanes durante un brutal ataque a una mezquita en Quebec en el 2017. O la familia atropellada por un extremista en Ontario, donde murieron cuatro personas. Y el tiroteo del 16 de abril frente a una mezquita en Toronto donde seis musulmanes fueron heridos “El miedo al Islam en Canadá ha aumentado dramáticamente", dijo Fatima Abdullah, coordinadora de comunicaciones del Consejo Nacional de Musulmanes Canadienses. Las organizaciones islámicas del país exigieron al primer ministro a celebrar una cumbre para tratar la islamofobia y así sucedió. Allí Trudeau hizo un llamamiento a acabar con el odio religioso. Y el día del atentado a la mezquita se convirtió en día nacional contra la intolerancia. ”Debemos recordar las tragedias que ocurrieron y comprometernos siempre a no tolerar el odio", declaró Trudeau. En 2019, los delitos de odio se dispararon 80% pero con la pandemia se atenuaron los casos. El último presupuesto del gobierno de Trudeau para 2022, incluyó 69 millones de dólares con el fin de abordar un plan de acción contra el odio religioso.