Fuente de la imagen / Por Jafar Eshtayeh
Mediante un comunicado emitido el miércoles, el Ministerio palestino de Asuntos Exteriores condenó el reciente asesinato a tiros de la periodista palestina, Ghofran Warasnah, a manos de las fuerzas israelíes, en la entrada del campo de refugiados de Al-Arroub, cerca de la ciudad de Al-Jalil (Hebrón), en la ocupada Cisjordania, denunciando que tal agresión se suma al historial criminal del régimen ocupante israelí contra el pueblo palestino.
“Exigimos a la comunidad internacional que intervenga de inmediato para detener las ejecuciones extrajudiciales que tienen como objetivo a los palestinos en las calles y en los puestos de control”, se lee en el texto.
La Cancillería palestina además hizo un llamamiento a la Corte Penal Internacional (CPI) para que investigue estos crímenes repetidos, “ya que equivalen a crímenes de guerra”.
A pesar de que la comunidad internacional condena y repudia la matanza por parte de los soldados israelíes de los palestinos, sobre todo jóvenes y menores de edad, el régimen de Tel Aviv continúa la masacre.
El asesinato de Warasnah ocurre unas semanas después del asesinato de Shireen Abu Akleh, la corresponsal palestina de la cadena catarí Al Jazeera, por las fuerzas israelíes, lo que ha generado una ola de condenas y rechazos tanto a nivel nacional como internacional.
El mismo miércoles, otro joven palestino, identificado como Bilal Awad Kabha, perdió la vida durante una incursión militar de las tropas israelíes en Yenín, en la ocupada Cisjordania.
Por su parte, el primer ministro palestino, Muhamad Shtayyeh, denunció que el asesinato se produce en el contexto de la operación de matanza sistemática llevada a cabo por los soldados de ocupación, bajo la autorización de Naftali Bennett, primer ministro israelí. Shtayyeh también instó a la comunidad internacional a romper el doble rasero, activar sanciones contra Israel y no permitir que los perpetradores escapen del castigo.