Miles de yemeníes se han movilizado este lunes en las ciudades de Saná, la capital, y Al-Hudaydah, así como en la provincia de Saada, para protestar por la quema del sagrado Corán en Estocolmo, capital de Suecia, el pasado viernes.

Los descontentos han exigido respeto máximo a los símbolos sagrados de su confesión religiosa, mientras que han condenado el silencio de varios Gobiernos árabes ante los actos de profanación y blafemia que reiteradamente se cometen en varios países occidentales, sobre todo en Suecia, a cuyas autoridades responsabilizan de las consecuencias de los ataque islamófobos.

Al concluir las protestas en Saná, los manifestantes han emitido una declaración en la que han enfatizado que el lobby sionista, que dictamina las directrices de los países occidentales, está tratando de impulsar falacias que promuevan la islamofobia, incluso la pérdida de la fe a nivel mundial.

A su vez, la cadena estatal yemení Al Masirah ha destacado la reacción del movimiento popular Ansarolá señalando que los actos hostiles contra el Islam indican que los Estados occidentales están moral y políticamente en bancarrota. “Suecia debiera disculparse oficialmente a los musulmanes y aceptar su responsabilidad por sus crímenes”, ha manifestado.

Los yemeníes también están llamando a una campaña de boicot en contra de Suecia y la expulsión de los embajadores suecos de todos los países musulmanes.

Según los informes, el líder ultraderechista sueco-danés Rasmus Paludan recibió permiso del Gobierno de Suecia para quemar el sagrado Corán durante una manifestación frente a la embajada turca en Estocolmo (la capital sueca). Ejecutó su cometido bajo la protección de la Policía.

Hace unos años se hizo famoso en las redes sociales en Dinamarca por quemar ejemplares del Corán y, en abril del año pasado, Paludan intentó hacer lo mismo en un área densamente poblada por musulmanes en el sur de Suecia, lo que provocó protestas en la zona y condenas en los países musulmanes. 

HispanTV