Rusia vetó el martes un proyecto de resolución respaldado por Occidente en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía una extensión de las entregas de ayuda a Siria a través de Turquía sin el consentimiento de Damasco.

Hablando en la sesión, Bassam Sabbagh, representante permanente de Siria ante la ONU, dijo que la resolución no reflejaba las aspiraciones del pueblo sirio, argumentando que Occidente está utilizando el mecanismo transfronterizo para chantajear y crear presión política contra su país.

“Desde el primer día de consultas sobre la extensión de la resolución sobre entrega de ayuda transfronteriza, Siria ha acogido con beneplácito un enfoque constructivo que satisfaga las necesidades del pueblo sirio sin discriminación ni politización, especialmente después del destructivo terremoto [en el sector norte del país”, dijo Sabbagh.

Agregó que Siria ha demostrado una gran apertura y cooperación con países amigos en el Consejo de Seguridad y, al mismo tiempo, ha expresado su preocupación por la resolución redactada por Occidente.

El diplomático sirio también subrayó la necesidad de que los proyectos de recuperación temprana incluyan soluciones progresivas y sostenibles, particularmente después del terremoto.

Sabbagh pidió mecanismos que aseguren el regreso seguro de los refugiados sirios y aseguren que las sanciones occidentales no afecten las actividades de ayuda humanitaria.

Anteriormente, el embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, señaló que la operación de ayuda no continuaría si otros países insistían en extender la autorización más allá de los seis meses.

Después de ejercer el veto y antes de la votación del Consejo sobre la propuesta de Rusia, le dijo al organismo: "Si nuestro borrador no recibe apoyo, entonces podemos seguir adelante y cerrar el mecanismo transfronterizo".

El Consejo de Seguridad de la ONU ha estado ampliando el Mecanismo para la Entrega de Ayuda Transfronteriza a Siria [CBM] desde 2014.

El gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad ha denunciado repetidamente el mecanismo transfronterizo como una violación de la soberanía de Siria y una herramienta para promover las agendas occidentales en el país.

Moscú y Beijing en general han estado de acuerdo, alegando que la autorización de la ONU viola la soberanía de Siria y que la ayuda a los territorios controlados por militantes debería encaminarse desde Damasco.

Ha habido preocupaciones de que las potencias occidentales, bajo el pretexto de la asistencia humanitaria, busquen brindar apoyo a los grupos terroristas takfiri que han sufrido enormes pérdidas contra las fuerzas del gobierno sirio en los últimos años.

El país árabe se encontró en las garras de la militancia y el terrorismo respaldados por extranjeros en 2011.

La situación se agravó en 2014 cuando Wahhabi Daesh [acrónimo árabe de "ISIS" / "ISIL"] comenzó a desatar una campaña de derramamiento de sangre y destrucción en toda la nación árabe.

Inicialmente, el país perdió grandes extensiones de territorio ante los terroristas. Sin embargo, gradualmente, comenzó a recuperarlos con la ayuda de sus aliados Irán y Rusia.

Desde entonces, la provincia noroccidental de Idlib se ha convertido en un refugio seguro para los terroristas y militantes takfiríes, que huían del ejército sirio y de las operaciones de sus aliados hacia la provincia del punto crítico.

Fuente: Al Ahed