Opinión

Ucrania: La piedra en el zapato del mundo

Ucrania: La piedra en el zapato del mundo

"El siglo actual tiene un abanico de posibilidades de gobernabilidad y poder entre los sujetos internacionales, por ende no puede ser posible que solo se quiera imponer un solo paradigma como lo desea occidente, pues hacerlo para explicar o justificar la realidad internacional es una absoluta barbarie ya que el realismo estatocéntrico marcado por la tradición estadounidense está en decadencia." Por Roberto Chambi Calle
Roberto Chambi Calle
Tuesday 18 de Jul.
Ucrania: La piedra en el zapato del mundo

Roberto Chambi Calle[1]

Estamos a casi un año y medio de guerra entre EEUU, OTAN, Ucrania (Occidente) y Rusia, en donde Kiev es la carne de cañón para hacer arrodillar a Moscú, quien es tomado como un potencial rival y “perjuicio para la humanidad”, en tal sentido su deseada aniquilación es una de las principales prioridades de Occidente, de no destruir a la “autocracia rusa”, el declive y posterior fracaso hará que la presencia política, militar y económica del imperialismo quede en un abismo profundo. Frente a este pavor, EEUU y sus socios no pueden permitirse que el Oso Euroasiático gane la guerra.

La maquinaria bélica de la Casa Blanca no solo sirve para resguardar sus intereses como su “política de seguridad” post 11 de septiembre de 2001, su economía con la venta de armas y sus millones de dólares en ganancias, sino por sobre todo para doblegar y someter a las naciones. El país del norte desde que ha emergido como potencia después de la Segunda Guerra Mundial, nunca le ha interesado en absoluto la soberanía de las naciones y que por tal motivo debe terminar con Rusia, después con China y todo aquel que se le ponga en frente, en otras palabras, no necesita la presencia ni la sombra de ningún estado, peor aún si es una potencia nuclear.

Borrar a Rusia del hegemon mundial tampoco es una tarea sencilla, pues de ocurrir ello sería catastrófico para la sociedad internacional, ¿por qué? porque el imperio estadounidense si bien ahora aplica impunemente sus políticas de seguridad a lo largo y ancho del mundo con la presencia de sus bases militares y su ejército, tiene el fin de hacer desaparecer la Federación , ocurrido ello sus políticas psicóticas impulsarían su expansionismo sin ningún tipo de límites consolidando finalmente el orden mundial bajo su dominio absoluto.

Desde el otro lado del análisis si el Kremlin ganase la guerra —que está próxima a hacerlo— “los frenos y las balanzas del mundo se mantendrían en statu quo en un mundo en donde no prime la unipolaridad intolerante de occidente, no obstante de que hoy desde la atalaya del Derecho Internacional se evidencia la permeación proterva de Washington hacia las organizaciones internacionales en la toma de decisiones respecto a la Paz, en ese sentido Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional entre otros son los instrumentos que el imperialismo utiliza para fisurar el sistema político internacional.

Recientemente la OTAN adhirió a Finlandia y Suecia echando más leña al fuego, así como agravando la situación, pues con esas acciones se va minando aún más la seguridad y la soberanía de Rusia, ya que su brazo de hierro (NATO) tiene en definitiva el fin único de controlar, someter y eliminar a los rusos.

Siempre lo hemos manifestado a lo largo de nuestros análisis que el equilibro del poder en el mundo es como nuestro sistema solar.  Haciendo una analogía solo imaginemos que el sol se descontrole en sus leyes gravitatorias, inmediatamente por esa pérdida de equilibro todos los planetas desaparecerían incluido el sol mismo. Lo que trata de hacer occidente es similar, quienes bajo la égida de Washington quieren manejar al mundo desde sus formas únicas cuando la sociedad mundial está conformada por otros actores internacionales que tienen otros paradigmas de estado y gobierno.

En esa línea el papel que juega Rusia, China, Irán, Corea del Norte o Venezuela no obedece a las reglas ortodoxas de EEUU, tampoco al radicalismo que sus aparatos ideológicos nos venden, sino a la salud y estabilidad de la sociedad mundial en donde prime el respeto a otras ideologías y formas de ver a la humanidad.

El siglo actual tiene un abanico de posibilidades de gobernabilidad y poder entre los sujetos internacionales, por ende no puede ser posible que solo se quiera imponer un solo paradigma como lo desea occidente, pues hacerlo para explicar o justificar la realidad internacional es una absoluta barbarie ya que el realismo estatocéntrico marcado por la tradición estadounidense está en decadencia.

Seguir las políticas del imperialismo o que las naciones sean sometidas a ella es volver al colonialismo salvaje e inhumano, por los cuales otrora y aun ahora, muchas monarquías europeas han cercenado descaradamente al África, el Asia y Latinoamérica, instituyendo el odio total a las otras formas de ver y vivir la vida, por lo mismo estrangular constantemente a los pueblos libres del mundo para evitar cualquier tipo de cambio no puede ser una política de paz ni en aras de la paz, y que de seguir esta actitud avasalladora no dará otra opción que las víctimas de esta maléfica actitud respondan con misiles y arsenal nuclear a sus opresores no importando ya nada: ¿valdrá la pena defenestrar así al mundo?

 Por Roberto Chambi Calle

[1] Jurista y analista en RRII, miembro del Centro de Estudios en Geopolítica Internacional y Civilización Islámica, (CEGECI) Ayatolá Jomeini.


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