Se refería a un análisis de la guerra israelí de 2008-2009 contra los palestinos en la Franja de Gaza. Se inició el sábado 27 de diciembre de 2008 con el atentado contra la ceremonia de graduación de la Academia de Policía. Doscientas personas murieron inmediatamente; 700 resultaron heridos. "Israel calculó que sería ventajoso parecer 'enloquecido', provocando un terror enormemente desproporcionado, una doctrina que se remonta a los años cincuenta", explicó Pappe.
El ex general israelí y Ministro de Defensa Moshe Dayan dijo una vez: “Israel debe ser visto como un perro rabioso; demasiado peligroso para molestarse”. Al comentar sobre esto en el Jerusalem Post del 3 de septiembre de 2011, Louis Rene Beres y John T Chain dijeron que Dayan había “revelado una conciencia intuitiva de los posibles beneficios de la irracionalidad fingida”.
El profesor Pappe continuó señalando que dos semanas después del inicio del sábado de la ofensiva militar en Gaza, “con gran parte del enclave ya reducido a escombros y el número de muertos acercándose a mil”, los israelíes se negaron a permitir que la ayuda entrara en la zona ya sitiada. Territorio Palestino. Los cruces fronterizos, dijeron las llamadas Fuerzas de “Defensa” de Israel, “estuvieron cerrados durante el sábado”. Pappe apenas podía disimular su disgusto: “Para honrar este día sagrado, a los palestinos que están al borde de la supervivencia se les deben negar alimentos y medicinas, mientras que cientos pueden ser masacrados en sábado por aviones bombarderos y helicópteros estadounidenses” suministrados a Israel.
Tal “observancia rigurosa” del sábado en esta “forma dual” aparentemente atrajo poca o ninguna atención, dijo el académico nacido en Israel. "Eso tiene sentido. En los anales de la criminalidad estadounidense-israelí, tal crueldad y cinismo apenas merecen más que una nota a pie de página”.
Pappe señaló que en junio de 1982, “la invasión israelí del Líbano, respaldada por Estados Unidos, comenzó con el bombardeo de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila”. Así es, el escenario de la infame masacre facilitada por las FDI apenas tres meses después. “El bombardeo alcanzó el hospital local –el Hospital de Gaza– y mató a más de doscientas personas”. Entre 15.000 y 20.000 personas murieron a causa de la invasión israelí, con “un crucial apoyo militar y diplomático estadounidense” que incluyó vetos a resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que buscaban detener la “agresión criminal que se llevó a cabo, apenas disimulada, para defender a Israel de la amenaza de guerra”. un acuerdo político pacífico”.
Esto, escribió Pappe, “era contrario a las útiles mentiras sobre el sufrimiento de los israelíes bajo intensos ataques con cohetes, una fantasía de los apologistas [proisraelíes]”.
El ejército israelí siempre ha atacado a la población civil, de forma deliberada y consciente.
Tales apologistas en Occidente, incluidos políticos y periodistas, deberían tomar nota de lo que Pappe escribió a continuación, citando al analista militar Zeev Schiff, quien dijo: “El ejército israelí siempre ha atacado a poblaciones civiles, deliberada y conscientemente… [el ejército] nunca ha distinguido objetivos civiles [de militares]…”
En Gaza, durante los últimos 12 días, hemos visto, una vez más, a Israel bombardear objetivos civiles, incluido un hospital y muchas otras instalaciones médicas, matando a miles de palestinos y obligando a los padres a recoger partes del cuerpo de sus hijos en bolsas de plástico y gritar de angustia. . Una vez más, el autoproclamado “ejército más moral del mundo” niega alimentos, medicinas y otra ayuda esencial a los palestinos sitiados en Gaza. Estados Unidos ha enviado armas y municiones a Israel para que pueda continuar la matanza y ha brindado “apoyo diplomático”, incluida una visita presidencial para hacerle saber a Israel que “no está solo”. Y sí, Estados Unidos ha vetado una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pide una pausa en la guerra israelí para permitir que la ayuda humanitaria llegue a Gaza. Estados Unidos fue el único miembro del consejo que votó en contra de la resolución; Rusia y el Reino Unido se abstuvieron de votar.
“Estamos en el terreno haciendo el arduo trabajo de la diplomacia”, dijo de manera un tanto extraña la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield. "Creemos que debemos dejar que esa diplomacia se desarrolle". Por supuesto, se supone que el Consejo de Seguridad debe centrarse exclusivamente en la diplomacia. En su retorcida forma de pensar sionista, la “diplomacia sobre el terreno”, que permite a Israel seguir bombardeando a civiles, es más importante que permitir que dichos civiles tengan acceso a alimentos, agua y atención médica.
Así que la próxima vez que escuchemos a un político occidental justificar la brutalidad israelí como “autodefensa”, recordemos que esto no es nada nuevo: Israel ha atacado a los palestinos durante décadas, sin o sin excusas. La última ofensiva militar contra los palestinos en Gaza difiere sólo en el número de víctimas de las muchas que han ocurrido antes. El Estado de apartheid redactó el Manual sobre terrorismo de Estado y lo ha seguido al pie de la letra durante los últimos 75 años. Ninguna excusa o justificación puede ocultar ese hecho. Al darle luz verde, el presidente estadounidense Joe Biden y sus predecesores –incluido el premio Nobel de la Paz Barack Obama– son cómplices de los crímenes de guerra y de lesa humanidad de Israel, al igual que otros políticos que se inclinan y adoran ante el altar del sionismo. Los medios de comunicación y los periodistas complacientes que no los cuestionan sobre esto deberían avergonzarse de sí mismos.
Fuente: MEMO