Recientemente, 120 países votaron a favor de una resolución de la Asamblea General de la ONU que pide una tregua humanitaria en Gaza. Como era de esperar, Estados Unidos fue uno de los 14 países que votaron en contra de la resolución. Otros 45 países, incluida Australia, se abstuvieron. Tanto Estados Unidos como Australia se refirieron a la narrativa de Israel sobre Hamás como la razón para oponerse a la resolución.
De los países que votaron a favor, hay que decir que el paradigma humanitario proporciona una aventura diplomática segura que no llama la atención indebida sobre la violencia colonial de Israel. Si bien la ayuda humanitaria es una necesidad inequívoca para todos los palestinos en Gaza, el paradigma humanitario fomenta la violencia colonial israelí porque sabe que la comunidad internacional intervendrá para aliviar –aunque sea temporalmente– las repercusiones de los implacables bombardeos de Israel. No hay ningún elemento disuasorio para Israel, sólo la certeza de que, después de una pausa, suponiendo que Israel esté de acuerdo, el bombardeo puede continuar en beneficio de una mayor expansión colonial.
“Sabemos que no existe una crisis humanitaria de acuerdo con el derecho internacional humanitario”, arremetió el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan , mientras culpaba a Hamás, en un esfuerzo por desviar la atención del problema de raíz, que es la colonización sionista de Palestina.
Estados Unidos y Australia, ambos fundados sobre la violencia colonial y la limpieza étnica, explicaron sus decisiones basándose en la narrativa israelí. La resolución no menciona a Hamás, de ahí su oposición. Por lo tanto, en la narrativa colonial, la ayuda humanitaria debería ser accesible para los palestinos sólo si está vinculada a la narrativa israelí sobre Hamás.
"Nos abstuvimos decepcionados porque creemos que la resolución, tal como estaba redactada, estaba incompleta", afirmó el representante australiano ante la ONU, James Larsen . “La resolución no reconoció al grupo terrorista Hamás como autor del ataque del 7 de octubre, y Australia vuelve a pedir la liberación inmediata e incondicional de los rehenes”.
Australia había votado a favor de una enmienda a la resolución propuesta por Estados Unidos y Canadá que habría hecho referencia a Hamás. ¿Por qué, sin embargo, la resolución de la Asamblea General debería centrarse en Hamás cuando el objetivo de Israel es toda la población palestina de Gaza?
Si Estados Unidos y Canadá, así como Australia, están realmente preocupados por los rehenes tomados por Hamás, ¿por qué no se condena la renuencia de Israel a salvar a sus colonos, que corren el mismo peligro de ser asesinados por las fuerzas israelíes en el momento como lo son los palestinos que viven en Gaza?
El paradigma humanitario tal como lo presenta la ONU es una farsa, de una manera macabra.
El informe de hoy de la ONU sobre la situación en Gaza ilustra la necesidad inmediata de ayuda humanitaria. En la ONU, la ayuda humanitaria es sólo un concepto discutido desde lugares cómodos, en completa disociación de las realidades de las privaciones resultantes de la violencia colonial de Israel. La comodidad con la que los representantes en la ONU hablan de ayuda humanitaria, ya sea a favor o en contra, es simplemente un resumen que explota millones de vidas que están en juego.
La ONU necesita abordar esta discrepancia. Es abominable que los informes de la ONU ilustren la urgencia de la ayuda humanitaria mientras, simultáneamente, dicha ayuda se debate y está sujeta a la negativa de Israel a al menos aceptar su entrega, por no mencionar los obstáculos diplomáticos causados por los aliados globales de Israel, de manera absurda y supuestamente en el nombre de los derechos humanos. Si la ONU no entrega ayuda humanitaria, y si los países que votaron a favor de la resolución no claman por su entrega hasta que suceda, entonces todos y cada uno de los estados miembros de la ONU están validando la narrativa colonial de Erdan.
Fuente: MEMO