El Departamento de Dotaciones Islámicas dijo en un comunicado que las fuerzas de ocupación impidieron que los fieles ingresaran a la bendita Mezquita de Al-Aqsa, lo que impidió que miles de personas pudieran orar.
Los ciudadanos realizaron las oraciones del viernes en las afueras de la Ciudad Vieja, concretamente en el vecino Wadi al-Joz, y las fuerzas de ocupación los reprimieron con balas y gas venenoso, y los golpearon.
Por quinto viernes consecutivo, los fieles no pueden llegar a Al-Aqsa y rezar allí debido a estrictas medidas militares, mientras que anteriormente el número había llegado a más de 50.000 ciudadanos.