El 22 de octubre de 2022, en Hamburgo, tierra de asilo donde se había forjado un futuro, lejos de su Siria natal, el muy piadoso Ghazi Chehada, de 53 años, no veía la hora de subirse finalmente a su bicicleta, la montura que había elegido para llegar a La Meca, su destino supremo.
Con la fe en que Dios le dio alas, este refugiado sirio salió de su casa, con el corazón alegre, con las primeras luces del alba. Se había preparado durante mucho tiempo para andar en bicicleta por todos los caminos y en todos los climas, a veces incluso hasta quedarse sin aliento, para realizar su sueño más preciado: llegar a Tierra Santa para realizar la Umrah.
Durante 73 días, Ghazi Chehada se trascendió sobre su montura de dos ruedas, recorriendo miles de kilómetros con una felicidad manifiesta que nada podía disminuir, ni el cansancio, ni el dolor, y menos aún los caprichos del cielo. Estaba completamente imbuido del versículo 27 de Surah El Hajj: "Y llama a la gente a la Peregrinación, que vengan a ti a pie o sobre cualquier montura, que vengan desde cualquier remoto camino."
Desafortunadamente, cuando alcanzó su objetivo y la Gran Mezquita de La Meca, el primer lugar sagrado del Islam, se alzaba majestuosamente en el horizonte, el peregrino sirio, envuelto en su inmaculado Ihram blanco, falleció. Era el 17 de febrero de 2023.
Llamado a Dios en Tierra Santa, donde sin embargo logró poner un pie, Ghazi Chehada fue enterrado en la Ciudad Sagrada donde tanto aspiraba a meditar. Deja atrás el recuerdo conmovedor de un hombre lleno de devoción, cuyo rostro la luz de Allah iluminó en cada etapa del gran viaje de su vida, según Oumma.
“Alhamdulillah, has logrado tu objetivo y has puesto tus pies en la tierra pura de la tierra. Te vestiste de blanco y tenías la intención de realizar la Umrah, con tu rostro brillante lleno de la alegría de amar a Allah. Allah ha decidido traerte de regreso a Él en este preciso momento, si Dios quiere, estarás en Jannah, In cha Allah”, se lee en la página de Facebook creada en su memoria.