Por Roberto Chambi Calle (*)
El Irán de Reza Pahlavi; “el Sha”, antes de 1979 era una nación obsecuente y sumisa al imperialismo, a tal grado que EEUU y Francia —quienes hoy se oponen radicalmente al desarrollo de la energía atómica de los persas— fueron los que asesoraron y equiparon con reactores nucleares el programa atómico de Irán. Una vez echado el “Sha” por los revolucionarios bajo el liderazgo del Imam Jomeini, sus antiguos “protectores” dejaron de asesorarlo, cambiando radicalmente su guión, siendo ahora considerado un país perteneciente al “eje del mal”, quien “fomenta el terrorismo”, así como desestabiliza sus “patios traseros” y sus intereses de su nuevo gendarme; la entidad sionista en Palestina.
Cristalizada la Revolución Islámica, Ruhollah Musawi Al Jomeini no tardó en reconocer las intenciones y acciones de sus enemigos, quienes ya habían sido derrotados en Vietnam, en Cuba y, aun así, seguían convirtiendo los territorios libres en polvorines de guerra. El líder de la Revolución Islámica a meses de haber tomado los timones de su país tuvo que enfrentarse a una guerra directa contra EEUU, Inglaterra, Francia y sus aliados utilizando a su testaferro Sadam Hussein para derrocar al Ayatolá Jomeini y la reciente República Islámica.
La guerra impuesta por Washington a los persas al igual que en Vietnam y Cuba, fue un rotundo fracaso, su intención era bajar de un plumazo al “régimen de los ayatolas”; mas no lo lograron, hoy aun después de 45 años de sus intentos espurios siguen intentándolo.
Por más de cuatro décadas de estrangulamiento económico, la República Islámica —más allá de las críticas—, ha demostrado ser un muro de contención y lucha frente a los opresores de la comunidad internacional, por ejemplo su ayuda y asesoría incondicional en favor del pueblo palestino nos demuestra que tiene el coraje y las agallas para enfrentar al “Gran Satán” (referencia que hacia el Ayatola Jomeini cuando se refería a EEUU), el Sionismo y el imperialismo; aunque esto le haya costado sufrimiento. Su raigambre ideológica del martirio en favor de su pueblo le ha valido el título de líder del “Eje de la Resistencia”.
La ideología de la nación persa no solo está en las madrazas islámicas, sino esa cultura de lucha y resistencia; se encuentra en las entrañas mismas del “pueblo profundo”, las mismas que están preparadas y movilizadas para contrarrestar el ataque de los enemigos, tal cual se plasmó en su Constitución (art. 151) la misma que manifiesta al respecto: “Preparad contra ellos toda la fuerza y toda la caballería que podáis para con ello atemorizar al enemigo de Dios y vuestro y a otros que no conocéis, pero que Dios conoce” (Corán, azora VIII, aleya 60), (y que por tal principio) el Gobierno tiene la obligación de proporcionar a todos los ciudadanos del país los programas y los medios educativos militares de forma que, en cualquier momento todos tengan la posibilidad de la defensa armada del país y del sistema de la República Islámica de Irán”.
Ejemplo de ello fue la fatua (sentencia) lanzada por el Ayatola Jomeini en la guerra impuesta por EEUU mediante su alfil Sadam, en un escenario en donde las fuerzas del ejército iraní eran mermadas, Jomeini como el líder de la revolución (Wilayat-el faqih) emitió la fatua de defensa a su pueblo, quienes inmediatamente se enlistaron para la “defensa sagrada” de su nación, las mismas conformadas por el pueblo: jóvenes, adolescentes, ancianos, hombres y mujeres, defendían su soberanía en los campos de guerra incondicionalmente. En esa línea el Ayatola Jomeini consideró la defensa frente al ataque del enemigo al islam y a los musulmanes como una obligación y un deber divino, diciéndoles en muchas ocasiones: "Debéis saber que quien nos ha gobernado a todos es Dios... El comandante de todo es Dios. Él es quien ha hecho obligatoria la defensa para eliminar la sedición" (Sahifeh Imam, vol. 19: 467).
A 45 años, la hostilidad de sus enemigos continúa vigente; sin embargo el bloqueo y las sanciones de Washington y sus “socios” no ha han frenado el desarrollo económico, científico y militar, sus logros, así como el desarrollo tecnológico en varios campos: construcción propia y envío de satélites, drones, misiles balísticos, desarrollo nuclear, dominio de la nanotecnología; etc., que pese al bloqueo artero no lo anquilosaron tal cual era el deseo de sus enemigos, todo lo contrario, su capacidad y desarrollo militar lo han convertido en el décimo cuarto (14) ejército más poderoso del mundo (https://www.globalfirepower.com/country-military-strength-detail.php?country_id=iran) antes que Israel (puesto 17), quien consciente de ello hoy emite alaridos a la “comunidad internacional”; pues sabe del poder real de los Ayatolas.
A este respecto el actual líder de la Revolución Islámica, Ayatola Jamenei dijo: “ellos saben (Israel), y si es que no saben, deben saber que si el ente sionista” quien amenaza constantemente se atreviera a atacarlos, “la República Islámica de Irán convertirá en polvo a Haifa y Tel Aviv" (Palabras del Ayatola Jamenei, ver minuto 4:55 en: https://www.youtube.com/watch?v=zL1QKhErEu0).
El legado del Imam Jomeini a lo largo de estos 45 años se ha mantenido en la estructura estatal y su sistema de gobierno que ha logrado consolidar su desarrollo en todas las esferas, en un mundo multipolar flanqueado por el imperialismo y sus más de 800 bases militares en el mundo que no lo han amedrentado, todo lo contrario lo han fortalecido en su poder defensivo y disuasivo; ya que la nación persa hoy puede llegar en cuestión de segundos a destruir bases militares enemigas, a tal nivel que está capacitada para enfrentarse a EEUU, la OTAN y sus gendarmes.
El arsenal militar de la República Islámica tiene no solo poder de ataque sino de defensa, principios que emanan de su libro sagrado, los mismos que están introducidos en su Constitución (art. 151, “Preparad contra ellos toda la fuerza y toda la caballería que podáis para con ello atemorizar al enemigo de Dios y vuestro y a otros que no conocéis, pero que Dios conoce” [Corán, azora VIII, aleya 60]) siendo estos axiomas los que lo obligan a defenderse de sus potenciales enemigos.
Al celebrarse los 45 años del legado del Imam Jomeini y la Revolución Islámica, los actores (estados, organizaciones internacionales e individuos) de la comunidad internacional, reconocen que Irán es una potencia en todos los ámbitos, pero fundamentalmente en su capacidad militar defensiva. De ser un país importador de insumos militares hoy se ha convertido en líder mundial en la producción de misiles balísticos hipersónicos y drones de última generación, convirtiéndose en una potencia militar capaz de destruir letalmente cualquier posición hostil de sus potenciales enemigos; en esa línea, si EEUU, la OTAN o su gendarme sionista insisten en desestabilizar a la República Islámica, tendrían que meditar muy bien sus acciones.
(*) Roberto Chambi Calle, es jurista, analista en RRII, teólogo formado en la Universidad “Al Mustafa” en Qom-Irán y coautor del libro; “PALESTINA, entre piedras y misiles”, 2023.