El día domingo 24 de marzo, Santiago se había dirigido a la iglesia de San Cayetano antes de acudir a la movilización en Plaza de Mayo por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. 

Llevaba consigo las banderas de Argentina y de Palestina. 

Luego de haber acudido a misa en la mencionada iglesia, se dispuso a tomar el tren para acercarse a la movilización, pero como había ocurrido un accidente en Flores, el servicio estaba interrumpido, por lo cual, ante la falta de transporte público se dispuso a ir caminando por Avenida Rivadavia.

Al llegar aproximadamente a la altura del 10.600 de dicha Avenida, y según consta en la denuncia, observó que un grupo de entre cuatro y seis personas (dos de ellos de contextura robusta), con camisas blancas y portando kipás en sus cabezas, se abalanzaron sobre él y le gritaron: “Dame eso, hijo de puta, ¿qué hacés con eso?”, tras lo cual intentaron quitarle las banderas, a lo que Santiago se negó y así comenzó un forcejeo con el grupo agresor.

De pronto y sin mediar palabra, una mujer se acercó al damnificado y le dio un golpe en la boca. Al ver que se trataba de una mujer, Santiago no respondió. Mientras tanto, el resto de los agresores intentó quitarle las banderas, hasta romper el pabellón argentino y hacer caer al agredido al piso durante el forcejeo.

Foto: Así quedó la bandera que los agresores le pretendieron quitar a Santiago Farías.

Acto seguido, los hombres que lo agredieron comenzaron a darle patadas en el cuerpo y en las piernas, dejando moretones que Farías luego fotografió para radicar la denuncia.

Foto: El resultado de la violenta agresión sufrida por Farías.

Acto seguido, y mientras seguía siendo atacado, personal policial de la Comisaría Vecinal 9-B se acercó para repeler el accionar violento de los agresores, y tras impedir que le siguieran pegando, le dijo de forma insólita al denunciante: “¿Qué hacés, por qué los agredís? Andate de acá”…

Santiago le aclaró al personal policial que el agredido era justamente él, por lo que solicitó un móvil policial para poder radicar la denuncia de lo sucedido. Sin embargo, la policía le exigió que se retirara del lugar, tras lo cual finalmente se marchó.

Pese a los golpes recibidos, Santiago se esforzó por ir hacia la marcha en Plaza de Mayo, donde le relató lo sucedido a muchos de sus compañeros, que lo instaron a realizar la denuncia correspondiente.

Al día siguiente y debido a las lesiones que tenía, acudió al Hospital Carillo de Ciudadela, donde tras un examen médico le prescribieron la utilización de una bota por una semana y el uso de analgésicos. 

Se trata de una grave agresión a una persona que, además, porta un carnet por discapacidad, y que se suma a otros actos de violencia denunciados sobre personas que portaban la bandera de Palestina en diferentes circunstancias.

La pregunta es: ¿Están aquellos que apoyan la causa Palestina en Argentina en absoluta indefensión ante la agresión y la violencia de los que no respetan la democracia y rechazan el símbolo de un pueblo que está padeciendo un genocidio ante los ojos del mundo?

¿Es acaso la destrucción de la bandera de Argentina una muestra de lo que representan los agresores, que atacaron a una persona mayor en grupo? ¿Quedarán impunes ante este ataque?

Es vital que las autoridades policiales y quienes se supone que representan al pueblo, tomen cartas en el asunto sobre estos lamentables episodios que flagelan la libertad de expresión en un país donde se supone que impera la democracia.

A continuación, la denuncia presentada por Santiago Farías en la Comisaría Vecinal 9-B de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: