Uruguay: La llamada “Ley de riego”, entre privatizaciones y agronegocio

Uruguay: La llamada “Ley de riego”, entre privatizaciones y agronegocio

El deterioro ambiental en el que se encuentra nuestro planeta no es obra de un ciclo natural.

Annur TV
Monday 19 de Mar.

Por Fabrizio Beorchia.

El deterioro ambiental en el que se encuentra nuestro planeta no es obra de un ciclo natural. Erróneamente se le llama “cambio climático” a las transformaciones producidas por la industria y el desarrollo del capitalismo en las variables climáticas y atmosféricas de nuestra Tierra. En realidad, el “cambio climático” es natural, responde a la historia misma del planeta Tierra, que ha atravesado diferentes climas y estados en los más de 4.000 millones de años de existencia.

Lo que ahora se denomina como “cambio climático” es en realidad la influencia del ser humano en la aceleración de los cambios del ciclo natural, materializado en el aumento de temperatura global en tierra y océanos, fundamentalmente por la emisión desmedida de los denominados “gases de efecto invernadero”, dióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (N2O) y metano (CH4) principalmente.

Ahora bien, en la universalización del capitalismo y la desigualdad esencial de este sistema, no todos tenemos la misma responsabilidad. Quien escribe y seguramente quien lee, no es igual de responsable de la contaminación y deterioro ambiental de nuestro planeta. No somos responsables de las muertes y enfermedades por el abusivo uso de agrotóxicos. O de las malformaciones producidas por químicos que vuelan en los aires, se infiltran en el suelo y escurren por las aguas.

Es imposible separar el deterioro ambiental y de las diferentes formas de vida, del sistema capitalista. Las empresas multinacionales se han metido de lleno, primero con la llamada“Revolución Verde”, de mediados de siglo XX y el desarrollo de paquetes tecnológicos que modifican genéticamente semillas, haciendo más resistentes a determinados climas y variantes ecosistémicas.

Estas modificaciones genéticas vinieron acompañadas de plaguicidas, fertilizantes y agrotóxicos basados en “aumentar la productividad”. Los argumentos para intentar masificar la producción de alimentos transgénicos a nivel mundial se basaban en “combatir el hambre”. Han pasado muchos años y no sólo el hambre a nivel mundial aumentó, sino que también la contaminación ambiental y la depredación de los bienes de la Naturaleza. En realidad el objetivo de las empresas multinacionales en la producción de alimentos transgénicos ha sido el mismo interés que está en la esencia del modo de producción capitalista; aumentar la ganancia.

Hacia fines de los 80, la “revolución verde” comienza a expandirse en América Latina, con gran énfasis en el cono sur. Uruguay se mete de lleno en el mapa del agronegocio, más tomando en cuenta su matriz productiva histórica; al modelo agro ganadero exportador.

Hacia los 90’ se consolidan las “leyes de aptitud forestal”, destinando cada vez más hectáreas a la forestación de eucaliptus y pinos. El agronegocio en Uruguay va tomando cada vez más fuerza, consolidándose los llamados “commodities” (mercancías en inglés).

De esta forma, tanto cultivos como tierras destinadas a la producción de alimentos, pasan a ser destinatarios de la especulación del mercado internacional y a transformar su objetivo (alimentación) en materias primas (madera, papel) y energía; los llamados “agrocombustibles”. Esto significa transformar alimentos y tierras para alimentación humana en combustibles. He aquí el verdadero interés en la producción de alimentos transgénicos.

Hacia el 2004-2005 se aprueba la construcción de una mega planta de celulosa sobre el Río Uruguay, en las proximidades de Fray Bentos, de la empresa multinacional Botnia (hoy UPM). Con la aprobación de esta mega planta, Uruguay sellaba definitivamente su incorporación al mercado forestal internacional y su rol de productor de materias primas. De esta forma, las empresas multinacionales de forestación aumentan su relación con las tierras destinadas a dicha actividad.

Hacia el 2009 se instaló sobre Punta Pereira, depto. de Colonia, otra mega planta multinacional: Montes del Plata. Y actualmente -2018- están avanzadas las negociaciones para que se instale una nueva mega planta de UPM sobre el Río Negro.

Paralelamente al avance de la forestación en Uruguay, se consolidó otro commoditie: la Soja.

Al igual que en toda la cuenca del Plata, la soja tuvo un boom muy particular en Uruguay: en el 2013 duplicó las exportaciones de carne bovina de nuestro país.

Si hablamos de soja para estas latitudes, tenemos que hablar de transgénicos y de glifosato, principal agrotóxico que ha sido denunciado a nivel mundial por su altísimo riesgo sobre la salud humana y animal, llegado a tener en cuenta por la propia OMS.

Todo esto está relacionado con el Agua. El agua es la única sustancia presente en el planeta en los tres estados; sólido, gaseoso y líquido. El agua forma parte de un sistema hidrológico que a su vez está integrado en otro sistema. El agua es esencial para cualquier forma de vida. Es la sustancia fundamental para la Biósfera, donde se desarrollan todas las formas de vida incluída la nuestra.

La contaminación en el ambiente afecta directamente a las aguas, independientemente si se da sobre un curso de agua. Pero el agronegocio necesita fundamentalmente del agua. Sea para verter sus desechos o ya sea para regular las maquinarias y temperatura de motores. Y obviamente, para regar. He aquí que se inicia esta LEY DE RIEGO EN URUGUAY.

Fuente: Resumen Latinoamericano


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