A 7 años

Intervención Humanitaria, la ‘ayuda' que destruyó a Libia

Intervención Humanitaria, la ‘ayuda' que destruyó a Libia

Annur TV
Tuesday 20 de Mar.

Un grupo de hombres y mujeres se colocan en fila, les miran el porte y la musculatura mientras voces gritan sumas de dinero. Se fija el precio a las ‘mercancías' y los compran. La vida de aquellos seres humanos convertidos en esclavos, ahora tiene dueño.

Lo que podría ser una escena propia del Siglo XIX, es realmente Libia en 2018. Un informe publicado por la Organización Mundial para la Migración (OIM), en abril del año pasado, confirmó un secreto a voces: la existencia de un amplio mercado de migrantes esclavos en el país árabe.

Pese a que el esclavismo tenía décadas de haber sido abolido en Libia, ¿cómo reapareció una de las más ruines formas de explotación extintas hace más de un siglo?

 

Aquella pregunta es una de tantas que se hacen muchos libios al cumplirse este lunes 19 de marzo, siete años de la ‘Intervención Humanitaria' en Libia, misma que terminó con el derrocamiento del hombre fuerte del país, Muamar Al Gadafi, a manos de ‘rebeldes' respaldados por las potencias Occidentales.

Los principales argumentos de la intervención fueron proteger a la población y las zonas civiles ante las amenazas de ataque del régimen de Gadafi, enfrentado a Occidente desde 1968. Después, el 17 de marzo de 2011, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1973, medidas bajo las cuales dos días después, iniciaron los bombardeos por las fuerzas de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en respaldo de los grupos opositores.

Casi cinco meses después, en circunstancias aún no esclarecidas, Gadafi sería capturado por los ‘rebeldes', sodomizado con un palo y luego ejecutado.

La caída de su gobierno y con ello el quiebre de las alianzas construidas por él, entre los heterogéneos pueblos del país, no hizo más que profundizar la crisis política que se vivía, sumergiendo al país en el caos y la ingobernabilidad.

 

Siete años después de la intervención, el panorama es aún más complicado.

Al tráfico de esclavos y redes de explotación sexual que existe, se suma el descontrol sobre el flujo de miles de migrantes que usa a Libia como puente para cruzar el mar Mediterráneo y donde han fallecido al menos 14,000 personas desde 2014.

El contrabando de mercancías de todo tipo se ha disparado, junto al de combustible, armas y narcotráfico, que son controlados por señores de la guerra y grupos terroristas (entre ellos, el Estado Islámico), en complicidad con autoridades locales.


Para la población la situación es catastrófica. Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), desde 2011 el país se encuentra en el ‘caos económico' y la ‘anarquía general', acrecentado el aumento de grupos armados.

La CICR estima que al menos unos 200,000 habitantes han sido desplazados producto de la intervención y posterior guerra civil.

‘Muchas (de las personas) han perdido sus hogares debido a los ataques aéreos y al uso de artillería pesada en zonas pobladas. Los hospitales deben lidiar contra la escasez crónica de insumos médicos; el 20% ni siquiera está operativo. En todo el país, se observa un aumento de las actividades criminales, como secuestros, contrabando y rescate de personas', denunció el organismo internacional en febrero de este año.

En cuanto a la frágil gestión gubernamental actual, desde la capital libia el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA)—por el momento el que mayor reconocimiento internacional tiene— apenas puede mantener presencia en los más de 1,759,540 kilómetros cuadrados de extensión del país.

El GNA, respaldado por las Naciones Unidas y la mayoría de los países occidentales, es solo uno de los tres gobiernos que luchan por el poder en Libia.

El segundo en relevancia es el Gobierno de Salvación Nacional, disputándose la legitimidad con el GNA.

Otra de las fuerzas con importancia en el rompecabezas libio son los grupos de parlamentarios que han formado gobierno en la ciudad de Tobruk (este de Libia), que también reclaman ser ‘legítimos representantes' del pueblo. Estos se relacionan con las fuerzas del mariscal Jalifa Hafter, un exmilitar asilado en los Estados Unidos desde los años 90s, y al que se le vincula de tener relaciones con la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

 

‘Responsabilidad de proteger´

El debate sobre las intervenciones por razones humanitarias o también conocida como ‘responsabilidad de proteger', es una árida discusión, tanto por su legalidad como por su aplicación.

Actualmente no existe una definición precisa y universalmente aceptada sobre el término, que de acuerdo con algunos especialistas entraría en contradicción con principios elementales del derecho internacional, como el principio de no injerencia y el respeto a la soberanía de los Estados.

Sin embargo, escándalos de inacción de la comunidad internacional sobre casos documentados de violaciones a los derechos humanos como el de Ruanda o Srebrenica en la década de los 90's, agitó más debate sobre el papel de los Estados en el momento en que un país incumple con la protección y salvaguarda de los derechos de su población.

Durante los últimos 20 años, pronunciamientos y resoluciones del propio Consejo de Seguridad de la ONU, contienen el término, sin embargo esto no ha logrado disipar las dudas sobre el concepto.

Según el especialista en asuntos internacionales y exasesor de política exterior, Julio Yao, la interpretación del término se encuentra más bien sometida a las diatribas de la geopolítica mundial.

‘Actualmente la intervención humanitaria es una interpretación unilateral y arbitraria de las resoluciones del Consejo de Seguridad', señala Yao.

Para el académico de la Universidad de Panamá, lo ocurrido en Libia, los ataques sobre Yugoslavia e Irak y el comportamiento del Consejo de Seguridad, es un problema muy serio para el mundo, ya que refleja que este organismo no solo no está cumpliendo su papel de ser garante de la paz, sino más bien es un foro de ‘intercambio entre las grandes potencias, para estabilizar las relaciones entre estas', lo que da mucho margen a la ‘arbitrariedad'.

Los resultados sobre la intervención libia, han sido calamitosos no solo para los libios, sino también para la estabilidad en el norte de África, que algunos países que participaron en esta han aceptado el ‘error'.

En una suerte de ‘mea culpa', señaló el presidente francés, Emmanuel Macron, criticando las acciones de la OTAN en 2011, aunque matizó al asegurar que el problema actual se debió más a una falta de ‘proyecto posterior' luego del derrocamiento de Gadafi.

‘Europa, Estados Unidos y algunos otros tienen una responsabilidad en la situación actual en Libia', dijo Macron en febrero durante su visita a Túnez.

En este sentido, en opinión de Yao, el escenario libio no responde a un error de previsión o planificación de la intervención, sino que la misma busca ‘mantener' al país en el estado de caos en el que se encuentra.

‘El objetivo final, entonces (2011) y ahora, sigue siendo el mismo, caotizar al Medio Oriente para impedir que los gobiernos tengan control sobre sus recursos estratégicos. En permanente inestabilidad, Occidente pude penetrar más rápidamente y tomar sus recursos (...) ellos no fueron por la defensa de los DDHH, por ideologías de izquierda, liberales o islamista'.

Actualmente Libia, de acuerdo con el estudio ‘Statistical Review of World Energy 2016', elaborado por la petrolera británica BP, es el país con las mayores reservas de petróleo de África y entre las diez más importante del mundo.

Contando además con enormes reservas de gas natural y una de las reservas subterráneas de agua más grande de la región.

Sobre esto, el internacionalista advierte que esta misma visión se busca ‘imponer' en América Latina, ajustándola a las particularidades de la región.

‘Es obvio que a los EE.UU. no le interesa la democracia ni la institucionalidad, lo demuestra su silencio con la violaciones a los DDHH en Honduras, Brasil o la corrupción que ocurre en Perú y Panamá', acotó Yao.


Comparti esta nota

Comparti esta nota

Copyright (c) 2024 AnnurTV. Todos los derechos reservados.
Organización Islamica Argentina. Felipe Vallese 3614, C1407MHH, CABA, Buenos Aires, Argentina