En Liverpool todo es alegría. Después de 11 años sin poder clasificar a una final de Champions League, los Reds pasaron con sufrimiento ante la Roma y sueñan con destronar al Real Madrid en Kiev, el próximo 26 de mayo.

Pero la fecha, increíblemente, origina un problema para el conjunto inglés. Es que el 14 de mayo comienza el mes de Ramadán, el momento en el que los musulmanes practican ayuno desde el amanecer hasta la puesta del sol. Y, claro, los ojos están en Mohamed Salah, la máxima figura del equipo, que podría llegar debilitado por la dieta espiritual y alimenticia a raíz de sus creencias.

La estrella egipcia, que sorprendió en esta Champions no es el único musulmán en el plantel. Sadio Mané y Emre Can, ambos claves en la estructura del equipo de Jurgen Klopp, también se verán atravesados por la tradición religiosa.

Héctor Cúper, técnico de los Faraones, ya había advertido sobre las complicaciones que ocasiona esta costumbre, que finaliza justo antes del inicio del Mundial: "Mis jugadores ayunan desde que sale el sol y hasta que se pone. ¿Y yo cuándo entreno? ¿A las 5 de la mañana? No puedo hacer entrenar a alguien que no bebe líquido ni tiene calorías en el cuerpo".

Sin embargo, algunos preceptos permiten que los adeptos no ayunen si se encuentran en viaje a una cierta cantidad de kilómetros de sus casas y que retomen este hábito una vez que regresen a sus ciudades.

Olé