El presidente de la nación sudamericana, Juan Manuel Santos, se reunió este jueves 31 de mayo con el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, en Bruselas, para oficializar el estatus de Colombia como el nuevo "socio global" de la Alianza.

"Me parece una pésima noticia para los colombianos y para los habitantes del resto de la región que vivimos en una zona de paz libre de armas nucleares. A partir de esa vinculación esto queda en cuestión", dijo a Sputnik Borón.

Para atenuar estas preocupaciones, Santos expresó que a pesar de la presencia de su país en la Alianza, Colombia no participará de operaciones militares. Sin embargo el sociólogo argentino no está convencido de que eso sea así. "El ingreso de Colombia a la organización demuestra que la diplomacia y la negociación política se hacen a un lado y se comienza a hablar el lenguaje de las armas", sostuvo.

Agregó que la OTAN es llamada por algunos observadores internacionales "la mayor organización criminal terrorista del mundo", y que la medida pone en riesgo a las tropas colombianas para ser utilizadas como "carne de cañón".

"Hay un riesgo para los soldados colombianos que vayan a participar en aventuras militares que la OTAN ya lleva a cabo no solamente en su área originaria de incumbencia, Europa, sino en todo el mundo. Nada bueno puede deparar a los pueblos de esta parte del mundo a partir de esta decisión", opinó.

Borón explicó que tras el derrumbe de la Unión Soviética en 1991, los jefes de la OTAN aseguraron que Rusia no sería acosado por sus Ejércitos. "Mintieron. Hoy el país eslavo está cercado por sus tropas, desde el Báltico hasta el sur de Europa en el Mediterráneo oriental. Es una organización criminal que tiene como proyecto avanzar por la vía militar para resolver cualquier conflicto", añadió.

Según el politólogo argentino hay "fundadas razones" para pensar que una Colombia asesorada por el organismo pueda convertirse en un punto estratégico para "una intervención armada" en la República Bolivariana de Venezuela.

Algo así sería una catástrofe gigantesca. En un país como Venezuela que tiene más de 2.000 kilómetros de frontera con Colombia, hay más de un motivo para estar preocupados", concluyó.

Fuente: Sputnik