La organización internacional Oxfam acusó a las autoridades de Francia e Italia de maltratar a los menores migrantes en un informe publicado este viernes en su página oficial.

 

Debido a la burocracia italiana, los niños permanecen en la frontera con Francia solos, en condiciones poco seguras. Después, los guardias fronterizos franceses devuelven a los menores no acompañados a Italia, alegando que tienen problemas con los documentos.

 

Según Oxfarm, los jóvenes inmigrantes son sometidos a violencia física y moral. Los detienen y envían a celdas sin comida, agua ni calefacción. Además, no tienen acceso a un representante legal, lo que contraviene la legislación europea.

 

El informe asegura que los guardias fronterizos les arrebatan las tarjetas SIM de sus móviles, les cortan las suelas de sus zapatos y los hacen andar descalzos.

 

El informe cita el caso de una chica eritrea “muy joven” que fue obligada a caminar hasta la población italiana fronteriza de Ventimiglia por una carretera no asfaltada y cargando con su bebé de 40 días.

 

 

Las acusaciones, que proceden de testimonios recogidos por trabajadores de Oxfam y otras organizaciones, llegan dos meses después de que se denunciase que la policía falsificó la fecha de nacimiento de menores inmigrantes no acompañados para pasarlos como adultos y poder devolverlos a Italia.

 

“No tenemos pruebas de abuso físico violento, pero muchos (menores) declaran haber sido empujados o gritados en un idioma que no comprenden”, señala a The Guardian Giulia Capitani, la autora del informe. “La policía fronteriza les intimida de otras formas, por ejemplo cortar la suela de sus zapatos es una forma de decir: no intentéis volver”, añade.

 

“La policía les grita, se ríe de ellos y les dice que nunca cruzarán”, dice Daniela Zitarosa, de la agencia italiana humanitaria Intersos. “A algunos menores se les quita el teléfono y las tarjetas sim. Pierden sus datos y su agenda. Después ni siquiera pueden llamar a sus padres”.

 

La ONG calcula que al menos 12 personas murieron el año pasado intentando entrar en Francia, ya fuese por la ruta de montaña o por atropellos en la autopista. Un joven de 17 años de Sudán se ahogó en junio de 2017 al intentar recuperar un zapato arrastrado por una fuerte corriente en el río Roia de Ventimiglia.