Previo a su serie de conciertos en Buenos Aires, el rico y completo contenido de la entrevista de 51 minutos de duración, nos muestra al director de la  “West-Eastern Divan Orchestra” compartiendo generosamente su visión y clara opinión en una amplia variedad de temas tales como la música, el lenguaje, la cultura, el humanismo, su historia de vida y carrera, el éxito, la vida, la muerte, el amor o el tiempo.

Sin embargo, también el entrevistado brindó respuestas a preguntas que lo llevaron a rozar temáticas concretas como el panorama internacional, la inmigración, la crisis de refugiados, la política mundial y también la actualidad argentina.

En ese marco, un destacado pasaje de la entrevista (casi un cuarto de su duración total) trató la temática del conflicto israelo-palestino, y allí se destacó la sólida postura humanista en favor de la justicia expresada por el maestro Barenboim, gran amigo del gigante intelectual palestino Edward Said.

El prestigioso pianista y maestro manifestó su visión de dicha temática en los términos de un conflicto distinto a todos los conocidos y enmarcado en el choque entre “un ocupante” y “un ocupado”, a partir de lo cual destacó la injusticia de esa situación ponderando con opiniones concretas la posición palestina.

Se destacan entre otras opiniones:

“Sin aceptación del otro, no hay negociación posible”.

“No es militar ni político, es un conflicto humano que se puede resolver solo con un cierto Humanismo”.

“Todo el mundo está hablando de una solución de dos Estados desde hace más de 30 años, y yo pregunto ¿dónde está el segundo Estado?”.

“Es decir que lo primero que habría que hacer es reconocer el Estado de Palestina, como ‘Estado’, y hacer todo lo posible para que vayan a negociar con Israel”.

“Pero no se puede pretender de un pueblo que estuvo ocupado más de 50 años, y que pretende tener el derecho de vivir en el mismo pedazo de tierra de su ocupante; no se puede pretender que vayan a negociar”.

“Por eso estoy convencido que este conflicto no ha estado tratado, y sigue sin ser tratado por lo que es”.

En síntesis, un pasaje digno de ser compartido, y más que valioso por provenir del primer ser humano que tiene a la vez la ciudadanía israelí y palestina, y quien trabaja por la paz desde hace casi 20 años dirigiendo una orquesta en la que convive un conjunto de jóvenes músicos representativos de ambos campos.

Fuente: Diario Sirio Libanés