Estaba en Jerusalén en el momento de la Nakba y tuve que regresar a al-Jalil debido a la guerra. Recuerdo que en Jerusalén antes de la Nakba, judíos y árabes palestinos vivían juntos en paz. Nos visitabamos, incluso nos invitabamos a nuestras bodas y celebraciones.

Durante la época de la administración del gobierno jordano en la Ribera occidental, fui reclutado para el ejército de Jordania. Esto era común para los hombres palestinos en la Ribera occidental en ese momento. Como resultado de esto tuve que luchar por los jordanos en la guerra de los 6 días. En una batalla cerca de Al-Ariha (Jericó) sufrí una lesión en la pierna como resultado del uso de Napalm por parte de la Fuerza Aérea israelí. Todavía cojeo hasta el día de hoy.

Después de eso empecé como vendedor ambulante vendiendo artículos de escritorio en Al-Jalil. Finalmente, pude alquilar esta tienda de los propietarios y he estado aquí desde entonces. Aprendí el oficio de encuadernar y cubrir libros y tuve un negocio muy exitoso en esta tienda por algún tiempo. Después de un toque de queda de dos años en el mercado por parte de las autoridades de ocupación israelíes, las empresas han disminuido drásticamente.

Mi esposa y yo tuvimos 6 hijos, 3 hijos y 3 hijas. Uno de mis hijos fue martirizado y los otros dos han pasado tiempo en prisión israelí como resultado de resistirse a la ocupación. Afortunadamente, mis hijas están casadas y viven vidas felices.

Me gusta contarle a la generación más joven sobre cómo solían ser las cosas para los palestinos. Veo a los niños por aquí, parecen felices. Por esto estoy agradecido.

Fuente: Ababil