Diariamente agredes a tu intestino, él lo sabe y te responderá duramente

Diariamente agredes a tu intestino, él lo sabe y te responderá duramente

Este órgano es una parte fundamental para la vida en armonía. Escriben Leyla Abboud y Darío David Zaina.

 

Annur TV
Monday 12 de Nov.

Por Leyla Abboud, médica especialista en medicina estética (MN 100051) y Darío David Zaina, médico especialista en Anti-Age y Rejuvenecimiento (Matrícula 6968/121797).

Los seres humanos solemos tener un especial cuidado con algunos órganos que desde la medicina llamamos “nobles”, refiriéndonos a aquellos que son fundamentales para la vida y rápidamente se nos ocurre: el corazón o el cerebro. ¿Y qué más?

¿Alguna vez se te ocurrió que los intestinos son una parte fundamental para la vida en armonía? Influyen en la depresión, en la obesidad, en la diabetes, en el sistema de defensa del organismo, en las alergias, en el asma, en las inflamaciones articulares (artritis), en algunos tipos de cáncer, en las enfermedades psiquiátricas, llegando inclusive a enfermedades autoinmunes, etc.

Cada vez los estudios científicos relacionan a este órgano en su interacción con diversas partes del cuerpo y circuitos metabólicos, hormonales y de formación de proteínas. Como órgano esencial rara vez le dimos el lugar que éste debió ocupar.

Comencemos a suministrar una serie de datos científicos que seguramente harán que empecemos a emprender el hábito del cuidado de este noble órgano.

Si preguntamos de forma general cuál es la función de este órgano la respuesta casi inequívoca es “absorber nutrientes sólidos y líquidos que se ingieren durante el transcurso de la alimentación que son fundamentales para nuestra vida”. Esta respuesta es parcialmente cierta, dado que no es la única función de este órgano y, tal vez, podemos decir que se ha visto algo minimizada al encontrar la multifuncionalidad de esta parte del cuerpo.

En el intento hay más de 1.000 especies que poseen más de 3 millones de genes, una cifra gigante en comparación al número nuestro de genes que rondan los 25.000 (genoma humano).

De manera asombrosa podemos afirmar que estudiando nuestros microrganismos intestinales podemos llegar a descifrar la región que habita un determinado ser humano; tal es así que un residente en Japón posee diferente microbiota que un mexicano y así un mexicano residente en México distinta a un argentino residente en Argentina. Inclusive regiones dentro de un mismo país difieren su microbiota razón por la cual se le denomina a esta microbiota de forma genérica “huellas dactilares regionales”, apareciendo especies en una región a predomino de otra según hábitos.

Nos cabe ahora darnos cuenta que existen un sin número de enfermedades que están en relación a las alteraciones de los microrganismos de la biota intestinal.

Los trabajos científicos de mayor actualidad han comenzado a integrar el sistema de genético de nuestras células (genoma) con los genes que aportan los microorganismos de la microbiota y esto tiene una razón fundamental para la medicina: nuestros genes se expresan formando proteínas, es decir, la información de nuestro organismo viaja como neurotransmisores, enzimas, hormonas, etc. en sangre, plasma o líquido cefalorraquídeo y éstos son proteínas con diversas configuraciones. Éstas nos producen desde el estado de armonía hasta el mayor estado de alerta.

La microbiota con sus miles de microrganismos modula señales del sistema inmunitario, produce mensajeros para el sistema nervioso, está presente en la producción de vitaminas, en la regulación del metabolismo con secreciones de las más variadas, producción de ácidos grasos de cadena corta y ácidos grasos de cadena ramificada.

Por último digamos que está particularmente relacionada a la presencia en el cerebro de neurotransmisores tales como serotonina, melatonina, GABA, histamina etc.

En resumen, el intestino es un órgano fantástico que jamás hubiésemos pensado que tenía tanta interacción con el organismo en su totalidad. Desgraciadamente los seres humanos hace años que lo agredimos con alimentos refinados, envasados, colorantes, fertilizantes, antibióticos o fármacos usados de manera no indicados, tóxicos químicos, cigarrillo y cientos de conservantes de la industria alimenticia o no que entre todos nos producen lesiones y desbalances intestinales.

A estos desbalances en medicina se los denomina disbiosis intestinal. Esta es un desequilibrio en la calidad de los microorganismos de la microbiota y en su cantidad. El ecosistema intestinal debe ser respetado con su equilibrio de especies.

La microbiota intestinal puede ser atacada por bacterias nocivas para el ser humano. El escuadrón de bacterias benignas sale a defendernos pero su crecimiento desmedido suele ser dañino. Si los micro-bacteria benignos que cohabitan con nosotros crecen en proporciones mayores a las biológicamente establecidas nos veremos en problemas.

Cuando nacemos nuestra madre nos entrega un microbioma (uno en parto natural, otro en cesárea). Luego con la lactancia, vamos cambiando si es de leche materna es uno si es de leche maternizada es otro hasta llegar a generar uno propio aproximadamente a los 10 años de edad. Aquí entendemos cuántas posibles enfermedades pueden estar fundadas en los primeros años de vida pero también sepamos que si alteramos nuestro intestino de adulto seremos proclives a desórdenes variados.

Bien hemos planteado la problemática, en la próxima presentación contribuciones logrando soluciones.

Fuente: TN


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Salud intestino
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