– En marzo, la saliente Fiscal General de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, en una decisión largamente esperada anunció la apertura de una investigación sobre los crímenes de guerra cometidos por Israel.
– En abril, la mayor organización internacional de derechos humanos, Human Rights Watch, publicó un extenso y minucioso informe (de más de 200 páginas) en el que concluye que Israel comete los crímenes internacionales de apartheid y persecución contra la población palestina. HRW afirma que Israel «privilegia sistemáticamente a la ciudadanía judía israelí sobre la palestina a través de políticas discriminatorias», y afirma además que esa ingeniería para garantizar la supremacía judía está en el origen del Estado judío.
Ahora, el 1° de febrero de 2022, fue el turno de Amnistía Internacional, que dio a conocer su informe “El apartheid israelí contra la población palestina. Cruel sistema de dominación y delito de lesa humanidad«. De todo el importante contenido del informe, quizás lo más significativo es que también A.I. afirma que el Estado de Israel aplica este sistema de dominación desde su misma creación en 1948, y lo hace sobre en todo el espacio de la Palestina histórica, desde el Mediterráneo hasta el río Jordán, y sobre el conjunto del pueblo palestino, hoy fragmentado y disperso por esas políticas: la población que vive en los territorios ocupados, la que vive dentro del Estado con ciudadanía israelí y la población refugiada que vive fuera de Palestina (y que constituye más de la mitad del pueblo palestino).
Este enfoque amplio, al igual que los informes anteriores mencionados, pone en evidencia el salto cualitativo que se ha dado en la comprensión de la comunidad internacional: en lugar de centrar el análisis en los territorios ocupados en 1967 (Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este), se reconoce que desde 1948 Israel impone un régimen de segregación, dominación y discriminación (apartheid) al conjunto del pueblo palestino, en toda la Palestina histórica y más allá de sus fronteras. Quizás el mérito principal de este cambio de paradigma sea del Movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que desde 2005 viene denunciando la opresión y el apartheid israelíes sobre la totalidad del pueblo palestino: en el Estado de Israel, en los territorios ocupados en 1967 y en la diáspora.
Este video de 15 minutos resume los componentes del apartheid israelí desde 1948 hasta el presente. Es extremadamente didáctico y exhaustivo, y todo el mundo debería verlo. Les invito a difundirlo.
Fragmentos del informe de Amnistía Internacional sobre el apartheid israelí:
Durante la creación de Israel como Estado judío en 1948, Israel expulsó a cientos de miles de personas palestinas y destruyó cientos de pueblos palestinos en lo que constituyó una limpieza étnica.
Desde entonces, los sucesivos gobiernos han ideado leyes y políticas para garantizar la fragmentación continua de la población palestina. Ésta vive confinada en enclaves en Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, y en las comunidades refugiadas, donde es sometida a diferentes regímenes jurídicos y administrativos. Esto tiene el efecto de debilitar los lazos familiares, sociales y políticos entre comunidades palestinas y de reprimir la disidencia constante contra el sistema de apartheid; también contribuye a maximizar el control israelí judío sobre la tierra y a mantener una mayoría demográfica judía.
Millones de personas palestinas permanecen desplazadas como refugiadas y continúan aisladas físicamente de las que residen en Israel y los TPO merced a la negación continua por parte de Israel de su derecho a volver a sus casas, pueblos y localidades.
Desde 1948, Israel ha hecho confiscaciones masivas y crueles de tierras para desposeer a la población palestina de sus tierras y casas. Aunque la población palestina en Israel y los TPO está sometida a regímenes jurídicos y administrativos diferentes, Israel usa medidas de expropiación de tierras similares en todas las zonas. Por ejemplo, desde 1948, Israel ha expropiado tierras en zonas de importancia estratégica que incluyen poblaciones palestinas significativas como Galilea y el Néguev/Naqab, y ha usado medidas similares en los TPO tras la ocupación militar por Israel en 1967. Para maximizar el control israelí judío sobre la tierra y reducir al mínimo la presencia palestina, la población palestina está confinada en enclaves separados y densamente poblados. Mientras tanto, las políticas israelíes permiten la asignación discriminatoria de tierras estatales para ser utilizadas casi exclusivamente para beneficiar a personas israelíes judías tanto dentro de Israel como en los TPO.
Los sucesivos gobiernos israelíes persiguen la estrategia de establecer la dominación a través de leyes y políticas discriminatorias que segregan a la población palestina en enclaves basándose en su condición jurídica y su estatuto de residencia.
Israel niega a su ciudadanía palestina sus derechos a la igualdad en la nacionalidad y la condición jurídica, mientras que la población palestina en los TPO sufre graves restricciones a la libertad de circulación. Israel también limita los derechos de la población palestina a la agrupación familiar de un modo muy discriminatorio: por ejemplo, las personas palestinas de los TPO no pueden obtener la residencia ni la ciudadanía mediante el matrimonio, algo que sí está alcance de las personas israelíes judías.
Israel impone asimismo limitaciones severas a los derechos civiles y políticos de la población palestina a fin de reprimir la disidencia y mantener el sistema de opresión y dominación. Por ejemplo, millones de personas palestinas de Cisjordania siguen estando sometidas al régimen militar israelí y a las draconianas órdenes militares adoptadas a partir de 1967.
Estas medidas han dejado a la población palestina marginada, empobrecida y económicamente desfavorecida en Israel y los TPO.
Las décadas de asignación discriminatoria de recursos por las autoridades israelíes en beneficio de la ciudadanía israelí judía en Israel y de los colonos israelíes en los TPO agravan las desigualdades. Por ejemplo, millones de personas palestinas dentro de Israel y Jerusalén Oriental viven en zonas densamente pobladas que, en general, están subdesarrolladas y carecen de servicios esenciales como recogida de basuras, electricidad, transporte público e infraestructura para el agua y el saneamiento.
Las personas palestinas que viven en todas las zonas bajo control de Israel tienen menos oportunidades para ganarse el sustento y participar en actividades empresariales que las personas israelíes judías. Experimentan limitaciones discriminatorias en el acceso a, y el uso de, las tierras de cultivo, el agua, el gas y el petróleo, entre otros recursos naturales, así como restricciones a la provisión de servicios de salud, educación y otros servicios básicos.
Además, las autoridades israelíes se han apropiado de la inmensa mayoría de los recursos naturales de la población palestina en los TPO para beneficio económico de la ciudadanía judía en Israel y en los asentamientos ilegales.
Foto aérea de las pertenencias desparramadas de familias de la comunidad de Khirbet Humsa en el Valle del Jordán, tras la demolición de sus viviendas. 8/7/21 (Oren Ziv).
Otros informes de A.I. sobre Palestina
Palestinos corren para protegerse del gas lacrimógeno lanzado por las fuerzas israelíes durante una manifestación junto a la valla entre la Franja de Gaza e Israel, en la que varias personas palestinas perdieron la vida y sufrieron heridas graves. 22/6/2018. © Mahmud Hams/AFP.
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Fuente: María en Palestina