Las reducciones llegan en el peor momento posible para las familias en Yemen que dependen de la asistencia alimentaria del PMA para sobrevivir, agregó el organismo mundial.

A medida que la devaluación de la moneda y la hiperinflación llevan a la economía al borde del colapso, el consumo inadecuado de alimentos ha aumentado rápidamente y ha afectado a la mitad de las familias en los últimos tres meses.

La falta de consumo de alimentos es uno de los criterios utilizados por el Programa Mundial de Alimentos para evaluar el hambre.

El PMA informó que los precios de los alimentos se han más que duplicado en gran parte de Yemen a lo largo del año. Mientras tanto, los combates en múltiples frentes continúan obligando a las familias a huir.

“Los tiempos desesperados exigen medidas desesperadas y tenemos que estirar nuestros recursos limitados y priorizar, centrándonos en las personas que se encuentran en el estado más crítico”, dijo Corinne Fleischer, Directora Regional del PMA para la región de Medio Oriente y África del Norte.

“El pueblo yemení ahora es más vulnerable que nunca, tambaleándose por el conflicto implacable y la profundización de la crisis económica que ha empujado a millones a la indigencia”, agregó Fleischer.

Con la reducción de la ayuda alimentaria, las familias recibirán apenas la mitad de la ración mínima diaria del PMA.

Además, sin nuevos fondos, pronto serán inevitables reducciones más severas, tal vez incluso eliminando a las personas de los programas de asistencia alimentaria por completo, según el PMA. También se pueden reducir el tratamiento de la desnutrición y las comidas escolares.

“Cada vez que reducimos la cantidad de alimentos, sabemos que más personas que ya tienen hambre y sufren inseguridad alimentaria, se unirán a las filas de los millones que mueren de hambre”, dijo el funcionario del PMA.

Actualmente, más de la mitad de la población yemení, unos 16,2 millones de personas, enfrentan hambre aguda y 2,3 millones de niños menores de cinco años corren el riesgo de desnutrición, agregó el PMA.

“Las existencias de alimentos del PMA en Yemen se están agotando peligrosamente en un momento en que los presupuestos para las crisis humanitarias en todo el mundo están al límite”, dijo Fleischer.

WFP necesita $ 813 millones para continuar ayudando a los más vulnerables en Yemen hasta mayo.

Y en 2022, la agencia necesitará $1.97 mil millones para continuar brindando asistencia vital a las familias al borde de la hambruna.

La ayuda proporcionada por el programa en el pasado se reduce y solo se desembolsa cada dos o tres meses. La reducción de la ayuda del PMA ha exacerbado la catástrofe humanitaria y elevado los índices de inseguridad alimentaria.

Millones de yemeníes enfrentan la amenaza de ahogarse en una hambruna debido a la guerra en curso liderada por Arabia Saudita en el país.

Naciones Unidas advirtió que la escasez de fondos dificultará la asistencia que brinda a 13 millones de yemeníes, incluidos miles de niños que sufren de desnutrición aguda.

Después de que Arabia Saudita, respaldada por EE. UU. y otras potencias occidentales clave, lanzara su guerra contra Yemen en marzo de 2015, las Naciones Unidas describieron a Yemen como la peor crisis humanitaria del mundo.

Los observadores dicen que las vidas de millones de yemeníes siguen en peligro a menos que la comunidad internacional tome medidas reales para presionar a Arabia Saudita para que levante el sitio que impone a Yemen. Sin embargo, el organismo humanitario está utilizando el aspecto de socorro para presionar al pueblo yemení.

Fuente: Al Ahed