“El peligro más grave para las naciones musulmanas es la asociación con sus implacables y acérrimos enemigos, a saber, Estados Unidos e Israel”, dijo Abdul-Malik al-Houthi en una ceremonia en la capital, Saná, el lunes por la noche, cuando recibió a un grupo de líderes tribales de los distritos de al-Jubah y al-Abdiyah de la provincia central yemení de Ma'rib.
Dijo que los enemigos están tratando de atacar a la Ummah (comunidad) musulmana desde adentro, y agregó que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están desempeñando un papel de liderazgo en la búsqueda de los objetivos de los enemigos.
“Nuestro principal deber es unir a la Ummah y fomentar la hermandad entre los musulmanes”, señaló Houthi.
Dejó en claro que “aquellos que han optado por ponerse del lado de los enemigos y unirse a sus filas en realidad han cometido un acto de alta traición contra sus patrias y naciones”.
“Cualquiera que esté del lado de los saudíes y los emiratíes, de hecho, se ha aliado con Estados Unidos e Israel”, señaló el jefe de Ansarullah.
A principios de este mes, Houthi advirtió en contra de forjar una alianza con Estados Unidos.
“Cualquiera que piense que obtendrá la victoria al aliarse con los estadounidenses está seriamente equivocado y su destino seguro es la pérdida [y la derrota]”, dijo el 3 de febrero.
El líder de Ansarullah también llamó a los Emiratos Árabes Unidos "la herramienta principal de los estadounidenses" en la guerra en curso en Yemen, y enfatizó que el régimen de Abu Dhabi ha subido la apuesta al lanzar más ataques aéreos contra Yemen bajo las órdenes de Estados Unidos, Gran Bretaña y el régimen israelí.
Arabia Saudita y varios de sus aliados regionales, respaldados por Estados Unidos y las potencias europeas, lanzaron la guerra contra Yemen en marzo de 2015, con el objetivo de llevar de vuelta al poder al gobierno del expresidente yemení Abd Rabbuh Mansour Hadi y aplastar a los populares. Movimiento de resistencia Ansarullah.
La guerra ha dejado cientos de miles de yemeníes muertos y millones más desplazados. También destruyó la infraestructura de Yemen y propagó hambrunas y enfermedades infecciosas allí.
A pesar del bombardeo incesante de Arabia Saudita sobre el país empobrecido, las fuerzas armadas yemeníes se han fortalecido gradualmente, dejando a Riad y sus aliados, en particular los Emiratos Árabes Unidos, empantanados en el país.