Pero esta mujer misma fue criada por otra mujer que es poco conocida en la historia.
El Sagrado Corán presenta brevemente a esta madre en el versículo 35 de Surah Al Imran: “Recuerda cuando la esposa de Imran oró a su Señor diciendo: ‘He hecho un voto para dedicar a Tu servicio todo lo que está en mi vientre. Señor, acéptalo de mí. Eres Omnioyente y Omnisciente”.
La madre de María (p) está buscando la manera de cumplir de la mejor manera posible con su deber hacia Dios con respecto al niño en su vientre.
Ella dice: “He hecho voto de dedicar (mi hijo) a Tu servicio”.
Es decir, ha liberado (a María) de los deberes que tiene con su madre para que pueda servir plenamente a Dios.
El niño nace después de un tiempo pero, al contrario de lo que esperaba la madre, es una niña. Así que la madre no puede cumplir el voto que ha hecho a Dios. Pero es tan importante que se esfuerce para que el voto se cumpla en la próxima generación: criar a su hija de manera que pueda criar a su hijo para servir a Dios.
La madre de María (p) sabía que la sociedad en ese momento necesitaba a alguien que pudiera ayudar a crecer a la humanidad, una persona como Jesús (p).
Es por eso que Dios dice en el versículo 36 de Surah Al Imran: “Cuando nació el bebé, ella dijo: ‘Señor, es una hembra’. Dios lo sabía. Macho y hembra no son iguales. ‘La he llamado María. Oro para que la mantengas a ella y a su descendencia a salvo de Satanás, el condenado’”.
Dado que el objetivo de la madre es criar un hijo que pueda ser la madre de alguien que sirva a Dios, como ella ha prometido, la llama María. María significa casta y virtuosa y tiene un significado similar a Fátima en árabe. Ella la llama María para que pueda criarla para que se convierta en una mujer pura y virtuosa.
El deber especial que Dios le ha dado a la mujer es criar a la próxima generación. Una madre es la que puede construir el futuro y los humanos del futuro y para eso necesita ser virtuosa y pura.