Como parte de una represión de mano dura dirigida por el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman [MBS], contra disidentes políticos y activistas a favor de la democracia, el régimen de Riad ejecutó a dos jóvenes de Qatif por acusaciones falsas de participación en actividades terroristas.
El Ministerio del Interior saudí alegó en un comunicado el sábado que las sentencias de muerte se ejecutaron contra Hussein Ali Al Abu Abdullah y Mohammad Khodr al-Awami.
El ministerio afirmó además que los ciudadanos sauditas “colaboraron con grupos terroristas, fomentaron disturbios e inseguridad en el país, poseían armas, municiones y granadas propulsadas por cohetes e intentaron perturbar la seguridad nacional”.
El mes pasado, dos organizaciones de derechos humanos presentaron una denuncia en Naciones Unidas contra las ejecuciones arbitrarias en Arabia Saudí, especialmente tras la ejecución de decenas de presos en un solo día en el reino ultraconservador.
La Organización Saudita Europea para los Derechos Humanos [ESOHR] y Reprieve, una organización sin fines de lucro de abogados e investigadores internacionales con sede en el Reino Unido, dijeron que el régimen de Riad declaró abiertamente su desprecio por los principios internacionales, así como por sus compromisos y obligaciones mediante la ejecución de 81 hombres, 41 de los cuales eran musulmanes chiítas, en marzo.
Los usuarios de las redes sociales han informado de un fuerte despliegue de las fuerzas de seguridad saudíes en la ciudad de Qatif para aplastar cualquier protesta contra la reciente ejecución de decenas de disidentes.
La agencia estatal de noticias Saudi Press Agency dijo el 12 de marzo que las autoridades habían ejecutado a 81 personas en un día por una variedad de delitos.
Las ejecuciones de 2022 superaron el número total de castigos de muerte de Arabia Saudita durante todo el año pasado.
A principios de enero de 2016, las autoridades saudíes también ejecutaron a 47 personas, incluido el destacado clérigo chiíta Sheikh Nimr Baqir al-Nimr, que había pedido a gritos la democracia en el reino y defendido las protestas contra el régimen. Nimr había sido arrestado en Qatif, Provincia Oriental, en 2012.
Según los informes, desde 2015, Arabia Saudita ha ejecutado a más de 900 prisioneros a un ritmo creciente. Solo en 2019, Arabia Saudí estableció un número récord de ejecuciones después de que las autoridades ejecutaran a 184 personas, a pesar de una disminución general del número de ejecuciones en todo el mundo.
Desde que MBS se convirtió en el líder de facto de Arabia Saudita en 2017, el reino ha arrestado a docenas de activistas, blogueros, intelectuales y otros percibidos como opositores políticos, mostrando una tolerancia casi nula por la disidencia, incluso frente a las condenas internacionales de la represión.
Activistas de derechos humanos advierten que funcionarios saudíes planean ejecutar a más de 40 adolescentes por su participación en protestas contra el régimen en la región de Qatif, de mayoría chiita.
Se ha ejecutado a académicos musulmanes y se ha encarcelado y torturado a activistas por los derechos de las mujeres mientras se sigue negando la libertad de expresión, asociación y creencias.
En los últimos años, Riyadh también ha redefinido sus leyes antiterroristas para atacar el activismo.
Fuente: Al Ahed