El jueves, el Departamento del Tesoro de EE. UU. aprobó actividades en 12 sectores, incluidos la agricultura, la construcción y las finanzas, en el norte de Siria, pero dejó en claro que no permitió ninguna transacción con el gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad o aquellos designados bajo el so- llamada Ley César.

En un comunicado el viernes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria dijo: “La aprobación de actividades económicas en los flancos nororiental y noroccidental de Siria por parte del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos no es una sorpresa para el gobierno de Damasco, ya que las sucesivas administraciones estadounidenses son responsables de la devastadora guerra que Siria ha pasado por más de una década”.

El ministerio dijo que las ayudas financieras de Washington a los grupos terroristas Takfiri han causado estragos en el norte de Siria y han arruinado las perspectivas económicas del país árabe.

Tales ayudas también resultaron en el saqueo de las reservas de petróleo crudo, alimentos y monumentos históricos de Siria, la destrucción de su infraestructura económica y el asesinato de muchos ciudadanos inocentes que se negaron a colaborar con los esquemas estadounidenses y occidentales, agregó.

El último plan de Estados Unidos “es una continuación del enfoque destructivo de Washington hacia nuestro país y es contrario a sus compromisos internacionales sobre la lucha contra el terrorismo y el respeto a la soberanía e integridad territorial de Siria”, señaló el ministerio.

“La desintegración de Siria fue un escenario estadounidense y occidental, que fracasó estrepitosamente frente a la firmeza del ejército, la nación y el gobierno sirios”, según el comunicado.

La declaración del ministerio concluyó enfatizando que el gobierno de Damasco está decidido a emplear todos los medios disponibles para frustrar la nueva conspiración, y pidió a los residentes locales en el norte de Siria que unan sus fuerzas.

En junio de 2020, EE. UU. promulgó la llamada Ley César que impuso las sanciones más duras jamás impuestas a Siria con el supuesto objetivo de sofocar las fuentes de ingresos del gobierno.

Sin embargo, las sanciones han paralizado la economía del país devastado por la guerra al prohibir que las empresas extranjeras comercien con Damasco.

Siria dice que el verdadero propósito de las medidas es ejercer presión sobre los sirios y sus medios de vida.

Los funcionarios también dicen que el contrabando intensificado de recursos estratégicos sirios es la última táctica inhumana que utiliza las necesidades básicas de las personas como una herramienta para presionar al gobierno.

Fuente: Al Ahed