Opinión

La cumbre del imperio (IX Cumbre de las Américas): El declive y el cinismo estadounidense frente a la Patria Grande

La cumbre del imperio (IX Cumbre de las Américas): El declive y el cinismo estadounidense frente a la Patria Grande

La Cumbre de las Américas, ha sido desde sus inicios uno de los instrumentos proclives a los deseos del imperio estadounidense y su alfil canadiense para yuxtaponer las economías, el comercio y las finanzas sobre las verdaderas necesidades del pueblo latinoamericano, que con casi 700 millones de habitantes y con un territorio de 19.2 millones de kilómetros cuadrados, rico en recursos naturales, sigue siendo atosigado por este. Por Roberto Chambi Calle
Roberto Chambi Calle
Tuesday 17 de May.
La cumbre del imperio (IX Cumbre de las Américas): El declive y el cinismo estadounidense frente a la Patria Grande

Roberto Chambi Calle[1]

La Cumbre de las Américas, ha sido desde sus inicios uno de los instrumentos proclives a los deseos del imperio estadounidense y su alfil canadiense para yuxtaponer las economías, el comercio y las finanzas sobre las verdaderas necesidades del pueblo latinoamericano, que con casi 700 millones de habitantes y con un territorio de 19.2 millones de kilómetros cuadrados, rico en recursos naturales, sigue siendo atosigado por este. 

El cinismo del “gobierno” de EEUU es tan descarado, que ad portas de llevarse a cabo la IX Cumbre de las Américas en los Ángeles este 6 de Junio próximo, se dio a la libertad de excluir a varios países, los cuales no están dentro de sus “principios”; una hipocresía desvergonzada, ya que el país del norte es quien desestabilizó y desestabiliza, invadió e invade —y lo seguirá haciendo mientras no se lo frene— las naciones de la Patria Grande mediante su eslogan: “Democracia y libertad” ...

Como sabemos una cumbre es una reunión de jefes de estado y gobierno para planificar y aplicar políticas de consensos en beneficio del desarrollo de nuestro continente; sin embargo, los embates de Joe Biden son una muestra de su soberbia y egoísmo, muy lejos de una reunión hemisférica, cuyo fin es la integración y la solidaridad. 

Desde sus inicios en 1994, la cumbre en su mayoría fue sostenida por gobiernos obsecuentes con el sistema capitalista y neoliberal, siendo sus declaraciones y decisiones cantos de sirenas; peor aun cuando años más tarde bajo la égida de George Bush se quiso imponer un libre mercado en desmedro de la mayoría de las economías en desarrollo de los latinoamericanos. La cumbre del 2001 en Quebec, contó por primera vez con la participación de Hugo Chávez, quién años más tarde, el 2005 en la IV Cumbre en Mar del Plata  junto a valerosos jefes de estado —Luiz Inácio Lula Da Silva y Néstor Carlos Kirchner— frenarían el proyecto imperialista de crear un área libre de Comercio; cuyo fin era crear normas comerciales supranacionales por encima de la soberanía de los estados, limitando sus acciones y en contra de la voluntad del pueblo para que sean sumisos a las transnacionales y obedientes al FMI y al Banco Mundial.  En aquella oportunidad Chávez dijo: “Hoy todos vinimos con una pala para enterrar al ALCA; Alca, Alca, Alcarajo!”, siendo este el momento donde empezó a fortalecerse la Patria Grande. 

Hoy, una vez más, la política proterva de Washington determinó no invitar a la IX Cumbre de las Américas a Venezuela, Cuba y Nicaragua, haciendo gala por enésima vez de su arrogancia , cuando en estas reuniones continentales deberían tratarse con igualdad y legitimidad a todos los estados; pues el fin es desarrollo e igualdad para todos, tal cual lo señalan los armazones jurídicos que erigieron la “Cumbre de las Américas”, en esa línea EEUU —como siempre lo hemos manifestado— no tiene la autoridad moral, política ni jurídica para tomar decisiones en nombre de los verdaderos americanos, y si se acepta que estos tres países no estén presentes, se estaría legitimando una vez más que Latinoamérica es el patio trasero del Imperio. 

En  aras de ello, los países que conforman la Patria Grande, si tienen una política exterior clara, mas no tibia, no tendrían que asistir a Los Ángeles —California— , como por ejemplo informaron varios mandatarios de Estado como Luis Arce Catacora de Bolivia, quién dijo en su cuenta de twitter que “la IX Cumbre de las Américas plantea 'Construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo', reto que no se materializará si se desconoce el pluralismo, se ignora el principio de autodeterminación y se veta la participación de países hermanos”. Asimismo, Andrés Manuel López Obrador de México manifestó: "Si se excluye, si no se invita a todos, va a ir una representación del gobierno de México, pero no iría yo, me representaría el canciller", "No quiero que continúe la misma política en América, y quiero, en los hechos, hacer valer la independencia y la soberanía y manifestarme por la fraternidad universal. No estamos para confrontación, estamos para hermanarnos". Esta solidaridad también fue demostrada por los países que conforman la Comunidad del Caribe —Caricom— así por ejemplo el embajador de Antigua y Barbuda en Washington, Ronald Sanders declaró que "La Cumbre de las Américas no es una reunión de Estados Unidos, por lo que no puede decidir quién está invitado y quién no”.

Frente a estas manifestaciones, EEUU debe entender que su imperio está en declive, que hoy se vive en un mundo multipolar y que los alineamientos subordinados; así como sus muros —Berlín, 1989— van quedando en los museos de la historia. 

En tal sentido las acciones de apoyo respecto a la unidad latinoamericana y su confronte a la arrogancia estadounidense deben ser sólidas; tal como lo hizo Nicaragua, quien tomó la decisión indeclinable de abandonar la OEA, “el ministerio de las colonias”, dando por “terminado ese vínculo”. 

Enfrentarse a la hegemonía estadounidense es un derecho propio de las naciones, no hacerlo y seguir sus deseos perfidiosos como en la guerra de las Malvinas de 1982 donde EEUU apoyó al Reino Unido —en contra de la unidad latinoamericana— con más de 60 millones de dólares, armamento y combustible, siendo fundamental para la victoria británica, o seguir siendo obsecuentes con sus “políticas” estranguladoras directas o indirectas como  el FMI y el Banco Mundial cuyas medidas neoliberales  asfixian nuevamente a la Argentina —quien tiene la mayor deuda con este organismo—, o el reciente Golpe de Estado que patrocinó contra el Gobierno Constitucional de Evo Morales el 2019, es legitimar su doble rasero e hipocresía; ya que se debe entender y hacer entender que el imperio estadounidense, política y diplomáticamente debe ser sepultado, gran oportunidad que tienen ahora los nuevos actores en la futura cumbre; ya lo iniciaron Chávez, Lula y Kirchner el 2005 justamente en Mar del Plata; ¿Quiénes lo harán ahora?

Roberto Chambi Calle
[1] Jurista, y analista en Relaciones Internacionales.


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