Conforme a la cadena libanesa Al-Mayadeen, las fuerzas turcas han atacado este miércoles varias posiciones en la provincia de Idlib (noroeste de Siria), incluidas las ubicaciones de la llamada coalición internacional, liderada por Estados Unidos, en el campo de Kobani, una ciudad de mayoría kurda al norte del país levantino.
Esta misma jornada, la agencia siria oficial de noticias, SANA, ha informado que las fuerzas ocupantes turcas, junto con sus mercenarios, han bombardeado con artillería pesada áreas habitadas en el norte de la provincia de Al-Raqa (norte).
El informe llega pocas horas después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, haya anunciado el comienzo de una nueva ofensiva militar al norte de Siria, so pretexto de hacer frente a las milicias kurdas, a las que considera terroristas. La operación se realiza en el marco de su intención de crear una zona segura de 30 kilómetros de ancho en el norte de Siria, zona fronteriza con Turquía.
Además, Erdogan ha cuestionado la postura de Suecia y Finlandia, así como algunos países europeos en apoyar a las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) y del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo) —grupos que Ankara considera como terroristas—, y ha denunciado que aquellos que no venden armas y equipos militares a Turquía, pero los facilitan a los grupos terroristas, “merecen el título de Estados terroristas”.
Por su parte, Damasco condena los intentos “agresivos” de Turquía de crear una zona segura en el norte de Siria y dice que los complots separatistas benefician a Israel y EE.UU. Según las autoridades sirias, la principal razón que impulsa la escalada de tensiones en el norte del país es la “ocupación” de Ankara.
El Gobierno sirio considera ilegal la presencia militar de las tropas estadounidenses y turcas en el país y les acusa de dar apoyo a los terroristas afines y de robar los recursos naturales y activos públicos del país, por lo que exige su retirada inmediata.