En India, la escalada de violencia no tiene fin. A las declaraciones ofensivas al islam de parte del portavoz del gobierno, Nupur Sharma, durante un debate televisado en mayo, se sumaron manifestaciones de protestas que acabaron con 300 arrestos. Y en los últimos días, el gobierno ordenó demoler las viviendas de musulmanes que, conjeturaba, estaban involucrados en las protestas contra las declaraciones insultantes del vocero. Las demoliciones se produjeron en Uttar Pradesh donde la policía previno a los propietarios que debían desalojar las viviendas de inmediato. Y en pocas horas, decenas de familias de la minoría musulmana acabaron en escombros.