El primer ministro interino del régimen de Israel, Yair Lapid, declaró el lunes que los agentes policiales pueden disparar contra los jóvenes palestinos tan pronto como se sientan amenazados, aunque afirmó que las instrucciones de apertura de fuego, ahora redefinidas, no han cambiado.
Lapid enfatizó su pleno apoyo a la policía y a otras fuerzas de seguridad del régimen israelí en los enfrentamientos que surjan con los palestinos en cualquier punto de los territorios ocupados.
Las declaraciones de Lapid se produjeron después de la reciente visita de dos días del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a los territorios ocupados palestinos, en la que ratificó el pleno apoyo de la Casa Blanca a los planes y políticas del régimen de Tel Aviv.
Israel acelera su expansionismo ilegal con apoyo de Biden
El Gobierno de Palestina denuncia que la presencia de Biden en Tel Aviv además ha dado consenso a la reanudación de licencias para levantar asentamientos ilegales en la Cisjordania ocupada. El primer ministro de Palestina, Mohamad Shtayyeh, llamó el lunes a la Administración estadounidense para que detenga su apoyo a los planes expansionistas de Tel Aviv.
Shtayyeh sostuvo que Palestina se reserva el derecho a poner fin a la ocupación israelí y establecer un Estado independiente. Todos los asentamientos israelíes se consideran ilegales según el derecho internacional, pues están construidos en la tierra ocupada.
El Consejo Noruego para Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés) denunció el 12 de julio que desde que Biden asumió el cargo en enero de 2021, las autoridades israelíes han aumentado tanto la expansión como las demoliciones de los hogares de palestinos. De modo que, en los primeros seis meses de este año en curso, el régimen ha aprobado la construcción de 4427 unidades de vivienda en asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada; cifra que evidencia un gran aumento en comparación con el año pasado.
Biden visitó los territorios ocupados en medio de protestas en diferentes partes de la ocupada Cisjordania y fuertes críticas de diversos grupos y países, en especial el mundo musulmán, que consideró esta visita como una “traición a la causa palestina”.