El portavoz del Ministerio ruso de Defensa, el teniente general Igor Konashenkov, ha informado este viernes que las tropas rusas lograron destruir, con armas de alta precisión, “cuatro lanzaderas HIMARS de fabricación estadounidense y un camión con pertrechos” para estos sistemas, transferidos a Ucrania desde el último mes de junio.
Según ha explicado el portavoz castrense, las cuatro lanzaderas fueron destruidas, entre el 5 y el 20 de julio, en distintos puntos de la región de Donetsk (este de Ucrania).
Konashenkov también ha indicado que, se registraron en la última jornada más de 300 bajas mortales de Ucrania, luego de que las fuerzas rusas golpearan las bases provisionales de tropas del enemigo en Kramatorsk (este de Ucrania) y Mykolaiv (sur).
Por otro lado, las Fuerzas Aeroespaciales Rusas atacaron y destruyeron un depósito de armamento de artillería y misiles de las Fuerzas Armadas de Ucrania en una zona industrial en la parte este de Nikolayev. Como resultado del ataque, el enemigo ha perdido hasta 30 militares, 6 vehículos blindados y de motor, más de 2000 proyectiles para Grad MRLS, y alrededor de 1000 proyectiles para obuses autopropulsados Akatsiya.
Las tropas de misiles y la artillería de Moscú, a su vez, destruyeron 6 puestos de mando en diferentes partes del territorio ucraniano. Es más, los sistemas de defensa aérea rusos han derribado 12 vehículos aéreos no tripulados (drones) ucranianos.
Desde el comienzo de la operación militar rusa en Ucrania, el pasado 24 de febrero, e incluso antes, EE.UU. y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han destinado cientos de millones de dólares al envío de armas a Ucrania en su intento para derrotar a Rusia.
Moscú asevera que Occidente está poniendo en riesgo su propia seguridad al entregar ingentes suministros de armas a Ucrania, y advierte de que, de esta forma, los países occidentales están “echando leña al fuego” del conflicto, lo que “tendrá repercusiones trágicas”.