Las nuevas ventas por más de 5000 millones de dólares, anunciadas el martes, incluyen 3000 millones de dólares para sistemas de misiles Patriot para la monarquía saudí, y 2200 millones de dólares para sistemas antimisiles Defensa Terminal de Aérea a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) para los EAU.
“La venta propuesta mejorará la capacidad del reino de Arabia Saudí para hacer frente a las amenazas actuales y futuras mediante el reabastecimiento de su arsenal cada vez menor de misiles Patriot GEM-T”, dijo el Departamento de Estado estadounidense en un comunicado con el que informó al Congreso sobre las ventas.
La nota detalló que los nuevos sistemas de misiles Patriot reforzarán las defensas de la monarquía saudí que ha sufrido en los últimos meses masivos ataques de represalia con misiles y aviones no tripulados llevados a cabo por el Ejército y el movimiento popular yemení Ansarolá.
La venta de armas a los EAU, agrega la nota, también forma parte de “la política exterior y de seguridad nacional de Estados Unidos” para “mejorar la seguridad de un importante socio regional”.
Las autorizaciones del martes se producen dos semanas después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hiciera un controvertido viaje a Arabia Saudí y se reuniera con líderes de este país en un esfuerzo por restaurar las tensas relaciones con Riad.
Biden, que en su campaña electoral había acusado más de una ocasión a Arabia Saudí de “asesinar niños” por liderar desde 2015 una campaña de bombardeos contra el empobrecido Yemen, prometió convertir al reino en un estado de “paria”.
Aunque el líder demócrata decidió el año pasado dejar de vender grandes volúmenes de armas ofensivas a Arabia Saudí y a los EAU, parece ya haber olvidado sus promesas electorales, anteponiendo los intereses de Washington a las cuestiones de los derechos humanos.
Los informes indican que la Administración Biden también está considerando levantar la prohibición de las ventas estadounidenses de armas ofensivas a Riad y sus socios implicados en la guerra de Yemen.
Estados Unidos es el mayor proveedor de armas a Arabia Saudí a pesar de que ésta es acusada de cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad en Yemen.