En una sociedad islámica, se respetan los derechos e intereses de todas las personas y nadie puede violar las propiedades, la vida y la reputación de los demás. Hay muchas reglas y mandamientos en el Corán y en los hadices destinados a prevenir cualquier infracción de los derechos de los demás.
El Sagrado Corán llama a los fieles hermanos unos de otros: Los creyentes son, en verdad, hermanos. ¡Reconciliad, pues, a vuestos hermanos y temed a Alá! Quizás, así, se os tenga piedad. (10)
Ser como hermanos tendrá muchos buenos resultados en la sociedad, siendo el menor la posibilidad de hacer las cosas bien entre los miembros de la sociedad.
En muchos otros versos de la Sura se ve el énfasis en mantener la dignidad de las personas. Por ejemplo, en el versículo 11, dice:
¡Creyentes! ¡No os burléis unos de otros! Podría ser que los burlados fueran mejores que los que se burlan. Ni las mujeres unas de otras. Podría ser que las burladas fueran mejores que las que se burlan. ¡No os critiquéis ni os llaméis con motes ofensivos! ¡Mala cosa es ser llamado 'perverso' después de haber recibido la fe! Los que no se arrepienten, ésos son los impíos. (11)
Es un principio fundamental en la escuela del Sagrado Corán que la dignidad de las personas debe ser respetada y mantenida.
En este versículo, Dios también prohíbe criticar a los demás y difamar a los demás. El Sagrado Corán no permanece en silencio acerca de tales comportamientos que van en contra de los principios éticos.