Opinión

"El Lawfare e intento de asesinato que quieren sepultar a Cristina Kirchner para las elecciones presidenciales del 2023"

"El Lawfare e intento de asesinato que quieren sepultar a Cristina Kirchner para las elecciones presidenciales del 2023"

"Con este magnicidio fallido, el pueblo argentino y la Patria Grande deberán ser conscientes de que las élites neoliberales, ultra derechistas, fascistas, las mismas cargadas con un odio intolerante proclives al nazismo, son el caldo de cultivo nauseabundo de querer a una patria grande sumisa y servil, hoy pasó con CFK, mañana quizás sea Luiz Inácio Lula da Silva." Por Roberto Chambi Calle
Roberto Chambi Calle
Saturday 03 de Sep.
El Lawfare e intento de asesinato que quieren sepultar a Cristina Kirchner para las elecciones presidenciales del 2023

Roberto Chambi Calle[1]

Los discursos del odio y la intolerancia extrema ya habían sentenciado a Cristina hace muchos años atrás, esa exacerbación ilimitada, que bajo las sombras de Bullrich o Carrió, fueron entre muchos, quienes alimentaron el intento fallido de magnicidio a la Vicepresidenta Argentina este 1ro. de septiembre por el brasileño Fernando André Sabag Montiel, de 35 años, quién para sorpresa de pocos tiene tatuados en sus brazos símbolos de la ideología nazi: la rueda solar, la esvástica y la runa de la victoria. 

Cuando el Lawfare reforzado por sus "cloacas mediáticas” —Sicariato— quedan cortas, se acude a la más vil bajeza como es el asesinato, que según analistas argentinos; los medios obsecuentes con el neoliberalismo fueron quienes también gatillaron contra la vida de la mandataria. 

Parece que en "tiempos de democracia" frente a la incapacidad política de los enemigos del pueblo, sólo queda asesinar para "borrar del mapa" a los verdaderos líderes políticos de la Patria Grande.

Lágrimas de cocodrilo es lo que tiene Macri, Bolsonaro, Stanley, Bullrich o Carrio; así como su séquito de empresarios mediático-informáticos que alimentaron el odio, la hipocresía y la maldad de querer asesinar no sólo a una mandataria de estado, sino a una mujer —madre de familia, abuela—, a una verdadera demócrata pacifista y líder continental.

Este intento de magnicidio, también es el resultado de la conspiración y las ambiciones del imperialismo, en días pasados dos testaferros de las élites proclives al servilismo del norte, han pedido 12 años de cárcel para la Vicepresidenta Argentina Cristina Fernández de Kirchner, una “causa” que hasta la fecha no tiene pruebas concluyentes y que sobre esa acusación espuria, se pretende no sólo sea encarcelada; sino vetada de por vida de toda actividad política futura, cercenándose sus derechos fundamentales — Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Carta Interamericana de DD.HH o la Declaración Universal de Derechos Humanos — , pues no sólo se trata de una persona, sino de una líder de los humildes que desde los inicios de su carrera política  junto a su compañero y esposo Néstor Kirchner, le han dado dignidad al pueblo argentino y latinoamericano cuando —por ejemplo — desde Mar del Plata el 4 de noviembre de 2005 se enterró al ALCA acompañados de Lula da Silva (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela), Nicanor Duarte Frutos (Paraguay) y Tabaré Vázquez (Uruguay).

El juicio —uno de los tantos y los que vendrán todavía como el memorándum de entendimiento con Irán, sobre la Comisión de la Verdad para aclarar el atentado de la AMIA en julio de 1994— que se le ha incoado es del 2019 “Caso Viabilidad”, iniciado durante el gobierno del ultraderechista Mauricio Macri, el que desde el poder urdió y planificó —bajo la capa de EEUU— la sepultura de Cristina; pues sabía que tarde o temprano ella iba a volver al poder, y así lo hizo junto a Alberto Fernández. 

La falta de pruebas en su acusación es evidente, dando a entender claramente que lo que quieren es pulverizar no a Cristina sino a todo el pueblo; ya que en el momento actual no hay una persona fuera de ella que sea el estandarte de lucha frente a los enemigos internos y externos del pueblo argentino.

EEUU —vox pópuli — a lo largo de la historia siempre ha espetado la soberanía de las naciones, sus bases militares a lo largo y ancho del mundo son una muestra de su maldad, en donde Latinoamérica es “considerado su patio trasero”. Vanos han sido las voces de protesta ante las organizaciones internacionales en el marco de la paz y la integración; pues la mayoría de estos sujetos internacionales, como la ONU, la OEA —“Ministerio de las colonias”— están yuxtapuestos a sus deseos, sea por la fuerza, el amedrentamiento, o el incumplimiento a su normativa, por lo tanto, que el Consejo de Seguridad emita una resolución condenando y conminando a EEUU es como “pedir peras al olmo”, ¿Por qué? Porque el Consejo de Seguridad está en su territorio, así como el mismo —EEUU— es un miembro pleno con poder de veto ante cualquier resolución —por más vinculante que sea— que vaya en su contra.

Hacemos referencia al “poder” de la administración estadounidense, ya que mediante éste doblega a los países que no siguen sus recetas como el famoso “consenso de Washington” o sus recomendaciones; en esa línea los países que no apliquen sus “políticas de seguridad o ajuste económico” simplemente son vetados, ahora, ¿Cómo? Aplicando golpes de estado directos como la invasión territorial con su ejército a Panamá en 1989, híbridos como el de Venezuela el 2002, o suaves como el golpe en Bolivia el 2019.

En la esfera de los golpes suaves está el Lawfare, la proxi war, armas de moda, habida cuenta que la intervención física y directa ya no es usada al menos por ahora en Latinoamérica. 

Estas “armas” de los inquilinos de la Casa Blanca han servido para bajar de un plumazo a Rafael Correa en Ecuador, Lula Da Silva, Dilma Rousseff en Brasil y ahora Cristina Kirchner en Argentina. 

Los grandes líderes latinoamericanos que le han dado una cara social, inclusiva, humana y solidaria al Continente por sobre el capital, las finanzas y el mercado, hoy son presa de la lapidación judicial y mediática de los esbirros de las élites de poder; pues ellos bajo la égida de sus amos quieren sepultar a sus líderes, quieren que la Patria Grande sea otra vez el “patio trasero” obsecuente a las políticas de Washington, por eso desean vehementemente proscribir a Cristina —aunque ello conlleve quitarle la vida— , porque saben que será nuevamente la presidenta de la República Argentina, quieren juzgarla sin haber pruebas concluyentes, cuando a quien debían  encarcelar es a Mauricio Macri, ya que, las pruebas respecto a su responsabilidad —por ejemplo—  el hundimiento del submarino ARA San Juan el 2017 son claras; ¿Dónde está la imparcialidad de la justicia Argentina?

Las órdenes de la administración estadounidense respecto al “pelotón de fusilamiento mediático judicial” fueron sutilmente adelantadas por el Embajador de EE.UU. Marc Stanley en Argentina, en el marco de la Reunión del Consejo de las Américas, cometiendo con ello un acto flagrante de intromisión a la política interna de un Estado; pues dijo: “Olvídense de las ideologías y los partidos y armen ya esa coalición. Se los digo como representante del país que quiere ser su socio y como alguien que ama la Argentina y ve su potencial: trabajen esos acuerdos ahora, no esperen 16 meses”, denotándose con ello que el guión imperialista es barrer con los futuros gobiernos progresistas en la Argentina, en esa línea el Canciller Santiago Cafiero fue claro cuando dijo que este Lawfare es “impulsado por intereses ideológicos que nacen fuera de la Argentina”.

Que el poder judicial argentino —permeado por las ultraderechas obsecuentes con los intereses exteriores— quieren encarcelar e inhabilitar de por vida a la Vicepresidenta Argentina, nos debería preocupar a todos; ya que estas acciones del establishment internacional son una muestra de las atrocidades que comete el imperialismo, lacera el Estado de Derecho; así como los Derechos Humanos, pues no existe el debido proceso ni la presunción de inocencia, sumado a los fake news y la demagogia de los medios de comunicación de las élites de poder en la zona como Infobae o el grupo Clarín. 

Con este magnicidio fallido, el pueblo argentino y la Patria Grande deberán ser conscientes de que las élites neoliberales, ultra derechistas, fascistas, las mismas cargadas con un odio intolerante proclives al nazismo, son el caldo de cultivo nauseabundo de querer a una patria grande sumisa y servil, hoy pasó con CFK, mañana quizás sea Luiz Inácio Lula da Silva.

Roberto Chambi Calle

[1] Jurista y analista en RRII


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