Las autoridades prorrusas aseguran que el Ejército de Ucrania no ha recuperado “ni un metro” en la ciudad de Jersón, sita en el sur del territorio ucraniano.
“No se ha cedido ni un metro, ni un centímetro de territorio. Nuestros defensores del Ministerio de Defensa de Rusia resisten firmemente”, ha dicho este lunes Kiríl Stremoúsov, subjefe de la administración de Jersón.
En declaraciones a la televisión pública rusa, Stremoúsov también ha sostenido que no solo la capital regional, sino también el resto de territorio que está bajo el control de las tropas rusas en Ucrania “no está amenazado en estos momentos”.
Sus afirmaciones se producen después de que esta misma jornada de lunes las fuerzas ucranianas informaran de la liberación de unos 500 kilómetros cuadrados de territorio en el sur del país, especialmente en Jersón.
Ante la escalada de tensiones, el referéndum de integración de Jersón con Rusia ha sido aplazado hasta el 4 de noviembre.
Jersón y Zaporiyia son dos regiones históricamente pobladas por residentes de ascendencia rusa. Después de la caída del Imperio ruso en 1917 experimentaron una era de abandono y ocupación, y en 1922 fueron integradas a la antigua Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
En mayo, Stremoúsov comunicó que los administradores militares de Jersón habían solicitado al presidente ruso, Vladímir Putin, la incorporación de esta provincia a Rusia, pues, no les gustaría volver a ser una “colonia de los socios occidentales que llevaron a Ucrania a una degradación total”, declaró entonces.
A su vez, el presidente de Rusia firmó el 25 de mayo un decreto para facilitar el proceso de otorgar nacionalidad rusa a todos los ciudadanos ucranianos. Una versión anterior del decreto solo abarcaba a los habitantes de las repúblicas autoproclamadas del este ucraniano, Donetsk y Lugansk, en Donbás (este de Ucrania) y se amplió a finales mayo para cubrir las regiones de Jersón y Zaporiyia.