El imperio de EEUU en decadencia y la “neocolonización” de Europa

El imperio de EEUU en decadencia y la “neocolonización” de Europa

¿Cómo entender que los gobiernos de las principales naciones europeas estén dispuestos a convertir su territorio y su población en carne de cañón para una guerra que no es suya sino de Estados Unidos?
Annur TV
Saturday 01 de Oct.
El imperio de EEUU en decadencia y la “neocolonización” de Europa

En su camino declinante, Estados Unidos está dispuesto a destruir los últimos vestigios de soberanía nacional de sus propios aliados -principalmente europeos-, así como de quienes durante cierto tiempo gustaron de hacerse pasar por neutrales. Es un lugar común constatar la capitulación deshonrosa de los gobiernos europeos y no sólo de los más débiles, como Letonia, Lituania o Estonia. Sin embargo, no más digno fue el comportamiento de Berlín, Londres, París, Roma y Madrid, países mucho más fuertes que aún se plegaban a las órdenes criminales emitidas desde Washington.

Esta deplorable tendencia no pasó desapercibida bajo la atenta mirada de Vladimir Putin quien, a mediados de junio de 2022, en un encuentro con jóvenes empresarios, dijo textualmente que “si un país o un grupo de países (obviamente la Unión Europea) no es capaz de tomar decisiones soberanas, [es] hasta cierto punto una colonia y no tiene perspectivas de sobrevivir en la cruel lucha geopolítica en curso".

En efecto, ¿cómo entender que los gobiernos de las principales naciones europeas estén dispuestos a convertir su territorio y su población en carne de cañón para una guerra que no es suya sino de Estados Unidos, comportándose como colonias opulentas pero infames sujetas a los caprichos de Washington? Una guerra, repitámoslo, que fue planeada meticulosamente por los estrategas y militares estadounidenses.

Esta afirmación está respaldada por numerosos documentos filtrados a la prensa a partir de 1992, que revelan el macabro alcance de un malvado plan para destruir a Rusia y crear un puñado de estados clientes en su inmenso espacio geográfico que serviría para lanzar el asalto final contra China. Porque, no se equivoquen, la beligerancia del gobierno estadounidense no se agota en Rusia; este país es sólo una estación intermedia. El destino final es China. Y para lograr este objetivo, es necesario destruir cualquier pretensión de soberanía nacional, entre los países europeos, en América Latina y el Caribe, e incluso en el Lejano Oriente, obligando, como se ha hecho en el caso de Japón, a re- iniciar el rearme de ese país, algo que había sido expresamente prohibido por la Constitución promulgada en los primeros años de la posguerra.

En este sentido, no es un hecho menor que Japón, el país con la peor relación entre deuda pública y tamaño del PIB (un escandaloso 259%) y el de mayor endeudamiento personal del mundo, haya cedido a las presiones de la Estados Unidos, de Obama en adelante, y desató una carrera armamentista. Como dijo el sexto presidente de los Estados Unidos, John Quincy Adams, “Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación: una es la espada; el otro es deuda.” Y este aforismo se aplica, en gran medida, a la mayoría de los países de la periferia capitalista endeudada pero, en los últimos tiempos, también a los del núcleo central del sistema.

Por eso no es de extrañar que hayan proliferado múltiples signos de creciente heteronomía y sumisión a un injusto y violento "orden neocolonial". En el caso europeo, sus gobiernos se han convertido en cómplices de un crimen y del sacrificio de un pueblo, Ucrania, para acompañar la agresión de Estados Unidos contra Rusia. Es urgente revertir esta tendencia y reconstruir la soberanía nacional porque sin ella no sólo nos acercaremos al cataclismo de una guerra termonuclear, sino que las democracias europeas acabarán convirtiéndose en una siniestra farsa a punto de ser sustituida por una hueste de extremistas. dictaduras de derecha o fascistas.

Fuente: Al Mayadeen


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