El secretario general del Partido de los Trabajadores (PT), Paulo Teixeira, adelantó este lunes que esa fuerza aspira a “replantear el sistema de alianzas” de cara al balotaje del 30 de octubre entre Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro y, con ese objetivo, mantendrán conversaciones con el Partido Democrático Laborista (PDT), que salió en cuarto lugar en los comicios realizados en Brasil.
“Vamos a hablar con Ciro Gómez, con su partido, para replantear el sistema de alianzas para la segunda vuelta”, dijo Teixeira en declaraciones formuladas a El Destape Radio, un día después de que el dos veces presidente Lula Da Silva triunfara en primera vuelta con el 48,31% de los votos, cinco puntos arriba del presidente y candidato del Partido Liberal (PL), Bolsonaro, quien obtuvo el 43,30%.
Con este resultado, Bolsonaro y Lula Da Silva deberán enfrentarse en un balotaje que se realizará el 30 de octubre.
“Ahora vamos a tener más tiempo para derribar las mentiras y la campaña sucia”, sostuvo Teixeira y planteó: “En la segunda vuelta es sólo Lula y Bolsonaro. Él quiere discutir cosas con acusaciones que no tienen importancia; es una extrema derecha muy violenta”.
Remarcó que “Lula no tiene ninguna condena” y, por eso, las tres semanas previas al balotaje significarán “más tiempo para demostrar el mal que le hizo Bolsonaro a Brasil”.
Además, Teixeira se refirió a distintos episodios de violencia que se vivieron en la antesala de las elecciones, que arrojó un saldo de tres simpatizantes de Lula asesinados a manos de seguidores de Bolsonaro en los últimos cuatro meses, y expresó su anhelo de que no se repitan ese tipo de situaciones.
Teixeira resaltó que el candidato del PT tiene el objetivo de llevar al Gobierno brasileño una agenda de “crecimiento económico, empleo y democracia” y “recuperar” los lazos políticos y económicos con los países vecinos de la región.
“Lula no busca el conflicto con los Gobernantes de América del Sur. Es muy diferente a Bolsonaro, explicó Teixeira.
En esa línea, agregó que el líder metalúrgico, además de tener “mucha amistad con Argentina, tanto con Alberto Fernández como con Cristina Kirchner”, también tiene “vínculos en Chile, Bolivia y Colombia”.
“El Mercosur hoy tiene presidentes que pueden ayudar a una mayor unidad en la región”, aventuró el dirigente del PT.
Con el resultado de la primera vuelta de la carrera por la Presidencia de la República, las campañas del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) y del actual jefe del Ejecutivo, Jair Bolsonaro (PL), recalculan el camino a la segunda vuelta.
Por ahora, el objetivo de ambas partes es concentrarse en el sureste para obtener nuevos votos: 4 de cada 10 votos en todo el país abandonan la región. Considerando estos estados, Bolsonaro ganó con una diferencia de entre 7 y 12 puntos porcentuales en São Paulo, Río de Janeiro y Espírito Santo. El PT ganó sólo en Minas Gerais, donde estaba cinco puntos porcentuales por delante.
Con el 99,99% de las encuestas contadas en todo el país, Lula obtuvo el 48,43% de los votos y Bolsonaro, el 43,2%. El resultado frustró a los PT que tenían expectativas de victoria en la primera vuelta o una gran ventaja para pasar a la segunda vuelta. El equipo bolsonarista celebra el resultado y tiene cuatro semanas para revertir el escenario.
Inicio de semana con reunión. Ambas campañas se reúnen este lunes (3) para discutir la agenda y los próximos viajes. La segunda vuelta está prevista para el 30 de octubre.
El equipo del presidente se reúne en Brasilia esta tarde, pero ya hay camino por recorrer. UOL consideró que el ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira (PP-PI), debe ser el interlocutor de la campaña de Bolsonaro en busca de apoyo.
La intención es reanudar los viajes lo antes posible: el director ejecutivo dijo que tiene la intención de visitar tantos estados como pueda en las próximas semanas.
En la campaña de Lula, después del conteo de los votos, todavía había un clima de asimilación del resultado. En una reunión esta tarde, se espera que hagan un mapeo de desempeño, aborden los números con más detalle y discutan compromisos futuros.
La evaluación del PT es que los institutos de investigación acertaron en el porcentaje de votos para Lula y Haddad, pero no pudieron calibrar el peso de Bolsonaro en la elección.
¿Dónde están los votos? Al igual que sucedió en la primera vuelta, los estados del Sudeste deberían recibir más atención.
Lula debería apuntar inicialmente a Minas Gerais y São Paulo y tratar de entender qué sucedió en los dos estados. En São Paulo, la campaña tenía expectativas de victoria, pero no solo perdió Lula —tuvo el 40,89% de los votos frente al 47,71% de Bolsonaro—, sino que el PT Fernando Haddad pasó a la segunda vuelta detrás de Tarcísio de Freitas (republicanos), ex ministro del actual presidente.
En Minas, ganó Lula, pero con un estrecho margen: obtuvo el 48,29% de los votos, frente al 43,6% de Bolsonaro.
En la campaña de Bolsonaro, los principales focos son:
el gobernador reelegido de Minas Gerais, Romeu Zema (Novo), el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro (PL), también reelecto, y el candidato a gobernador de Bahía ACM Neto (União).
En la rueda de prensa que dio en la entrada del Palácio da Alvorada tras el conteo, la noche del domingo, Bolsonaro dijo que Zema, reelegido con el 56,18% de los votos, es el principal objetivo de la búsqueda de aliados. Declaró que ya buscó un interlocutor para el gobernador y señaló que la primera reunión de articulaciones para la segunda vuelta será en Belo Horizonte.
A diferencia de 2018, Zema evitó declarar su apoyo a Bolsonaro en la primera vuelta.
São Paulo polarizado. A su vez, Lula deberá recorrer el interior de São Paulo con el candidato a vicepresidente en la boleta, Geraldo Alckmin (PSB), que ganó dos elecciones para el gobierno estatal en la primera vuelta, y con Haddad.
En el discurso posterior al resultado, el expresidente dijo que el escenario principal de la segunda vuelta será el Estado. “Es una confrontación de ideas, una confrontación programática, es una confrontación de propuestas de sociedad. Y estoy dispuesto a hacer lo que pueda, Haddad. Estoy seguro de que los dos juntos ganaremos São Paulo y ganaremos Brasil”.
Por otro lado, Bolsonaro y sus asistentes celebraron ampliamente la actuación de Tarcísio en la carrera por el gobierno de São Paulo. El equipo del presidente cree que la plataforma del exministro será un gran activo que puede ayudar a decidir la elección.
Más sorpresas para PT. El partido de Lula también esperaba una brecha menor con Bolsonaro en Río de Janeiro. Y no predijo el aumento de la abstención. El PT se ha centrado en las últimas semanas, en particular, en las poblaciones en las que tiene ventaja, pero tienen alta abstención: las clases media-baja y baja, además de los jóvenes.
En 2018, el 20,3% de los votantes dejó de votar. Ahora, con casi el 100% de las encuestas contadas, la abstención se acercaba al 21%.
Noreste también en el radar. El equipo del presidente también hará un esfuerzo en el Nordeste. La intención es reducir la desventaja con relación a Lula – el PT ganó en los nueve estados de la región, con una ventaja que llegó a 54 puntos porcentuales en Piauí.
En ese empeño, el candidato a la reelección espera tener refuerzos en Bahia, quiere como aliado al ACM Neto. Favorito al inicio de la campaña, ACM Neto pasó a la segunda vuelta de las elecciones como vicepresidente.
Junto a las negociaciones en las regiones, los bolsonaristas apuestan al aumento del rechazo a Lula y al discurso económico para tomar la delantera en la disputa.
Integrantes del PT buscan ampliar alianzas, ya hablan de intensificar el diálogo con el MDB, ofreciendo cartera a la candidata presidencial derrotada Simone Tebet, según informó Folha de S.Paulo.
Vender optimismo. Tras la investigación, la campaña de Bolsonaro trató de transmitir un ambiente positivo. A la UOL, el ministro de Comunicaciones, Fábio Faria, dijo que la pequeña diferencia entre Lula y Bolsonaro muestra “una tendencia total del presidente Bolsonaro a ganar y todos lo saben”.
“Ahora está funcionando políticamente, continuando con lo que estamos haciendo para lograr la victoria en cuatro semanas”.
En el PT, los dirigentes intentaron marcar el mismo tono. Alckmin declaró que el grupo está "de fiesta". "Ahora es el momento de comenzar la segunda tarea: ganar las elecciones, salvar la democracia y hacer que Brasil vuelva a crecer".