Una semana después de que grupos israelíes profanaron, con cantos y bailes, la Mezquita de Ibrahim en la ciudad de Al-Jalil (Hebrón), en el sur de Cisjordania ocupada, este lunes, han repetido estos actos sacrílegos quemando y rompiendo ejemplares del libro sagrado de los musulmanes, el Corán, cerca del mencionado lugar, según informan los funcionarios locales.
Uno de los directores de la mezquita, Nidal al-Yaabari, ha denunciado a la agencia local Wafa que los colonos israelíes ilegales rompieron y quemaron copias del Corán y luego las tiraron a la basura cerca de la Mezquita de Ibrahim en el casco antiguo de Hebrón, ciudad bajo ocupación militar israelí. El acto se considera como un “insulto a todos los musulmanes y el Islam”, ha denunciado Yabari.
El recinto religioso se ha convertido en un puesto militar, los funcionarios israelíes habitualmente cierran el acceso de los musulmanes a esa mezquita, también conocida como la Cueva de los Patriarcas, durante las festividades judías y solo ellos están permitidos a entrar allí. En otras ocasiones, también los soldados israelíes controlan el acceso a la mezquita, imponiendo restricciones a los palestinos.
Las agresiones y los ataques contra las santidades y lugares sagrados, en línea con las provocaciones religiosas que cometen los colonos y uniformados israelíes, se intensifican cada vez más, ante el silencio de la comunidad internacional. Son muy frecuentes los ataques contra la Mezquita Al-Aqsa en la ocupada Al-Quds (Jerusalén), el tercer lugar sagrado para los musulmanes del mundo.