Opinión: “Occidente mata a los sirios atrapados bajo los escombros”

Opinión: “Occidente mata a los sirios atrapados bajo los escombros”

En teoría, las cuestiones humanitarias nunca deben politizarse. Tanto la salud como la seguridad de los inocentes que sufren los desastres naturales no deberían colocarse en la línea de fuego de las disputas políticas
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Friday 17 de Feb.
Opinión: “Occidente mata a los sirios atrapados bajo los escombros”

Las sanciones occidentales no solo prepararon a Siria para un doble desastre al robarle al país la capacidad de lidiar con el horrible terremoto de magnitud 7.8, sino que continúan asegurando que sus civiles mueran innecesariamente.

Mientras tanto, Occidente finge estar actuando en nombre de un impulso humanitario en Turquía, uno que claramente no se extiende más allá de las fronteras de su aliado de la OTAN, a pesar de las enmiendas temporales a las sanciones.

En teoría, las cuestiones humanitarias nunca deberían politizarse, y tanto la salud como la seguridad de los inocentes que sufren los desastres naturales no deberían colocarse en la línea de fuego de las disputas políticas.

Un indicio revelador de su carácter es el lenguaje temático común en las naciones occidentales, incluida la retórica de la idealización de sí mismas, algo constante a lo largo de la historia del imperio. Sin embargo, en lo que hoy se conoce como “Occidente” (es decir, Europa Occidental, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda e “Israel”), vemos algo bien diferente. 

Occidente se autodefine como el “mundo civilizado”, “el mundo libre”, o, como dice el secretario de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Joseph Borrell, “el jardín”. El jugador más poderoso en ese “mundo civilizado” son los Estados Unidos de América, por tanto, cuando se corona a su nuevo presidente se le otorga el título de “líder del mundo libre”.

Al observar la devastación causada en el sur de Turquía y el norte de Siria por el reciente terremoto, debemos tener en cuenta estos conceptos de la autoimagen de Occidente porque brindan un contexto clave para la flagrante discriminación contra los civiles sirios.

Durante años, expertos de las Naciones Unidas han hecho sonar las alarmas sobre las repercusiones humanitarias de las sanciones de Occidente contra Siria, que se remontan a 2020, justo después de la imposición de las sanciones de la "Ley César" por parte de la administración Trump.

El año pasado, la relatora especial de la ONU sobre medidas coercitivas unilaterales y derechos humanos, Alena Douhan, pidió a Occidente que retirara inmediatamente esas sanciones, explicando que “con más de la mitad de la infraestructura vital completamente destruida o muy dañada, la imposición de sanciones unilaterales en sectores económicos clave, incluidos el petróleo, el gas, la electricidad, el comercio, la construcción y la ingeniería, aplastan el ingreso nacional y socavan los esfuerzos hacia la recuperación económica y la reconstrucción”. 

La declaración emitida por esa experta de la ONU vinculó claramente la propagación de enfermedades en gran parte prevenibles dentro de Siria (la más preocupante hoy es la epidemia de cólera) a las restricciones sobre la capacidad del gobierno sirio para restaurar los sistemas hidráulicos y restablecer el agua limpia.

Además, las sanciones apuntan directamente a frenar la reconstrucción del país, lo que también tiene un efecto en la capacidad de las provincias sirias para restaurar sus edificios, y casi con seguridad desempeñó un papel en la escala de destrucción provocada por el terremoto dentro de las áreas controladas por el gobierno en el norte de Siria.

Luego tenemos el efecto de las sanciones en el suministro eléctrico, que solo es capaz de dar a los sirios unas pocas horas de servicio al día, a lo que se suma la falta de combustible, por lo que en estos tiempos es muy difícil transportar ayuda para los necesitados, intención que se ha visto también muy obstaculizada.

Aunque Occidente ha dado a entender que sus sanciones técnicamente no impedían la entrega de ayuda, en realidad sí la han afectado, pues solo un cruce fronterizo hacia Siria ha recibido el mandato de la ONU para ser utilizado con esos fines.

Esa zona se conoce como Bab al-Hawa y conduce directamente al territorio ocupado por Turquía, y debajo de él al área dominada por la organización terrorista conocida como Hayat Tahrir al-Sham, conocida por sus afiliaciones con al-Qaeda.

Human Rights Watch (HRW) señaló, en enero de 2022, que “la falta de salvaguardias suficientes en las prácticas de adquisición por parte de las agencias de la ONU que brindan ayuda en Siria ha resultado en un grave riesgo de financiar entidades abusivas”, lo que cuestiona aún más la eficacia de la ayuda.

El ejército de EE. UU., junto con su fuerza de representación en el noreste de Siria, también ocupa ilegalmente un tercio del territorio del país, en el que se incluyen los 'campos al-Omar' ricos en petróleo y gas, además de las tierras agrícolas más fértiles de esa nación.

La crisis se profundiza por el hecho de que Siria ya estaba en crisis, que su sector médico ya estaba sobrecargado y socavado, como resultado de las sanciones occidentales, por lo que no hay forma de que enfrente adecuadamente la situación actual. El equipo técnico necesario para rescatar a posibles sobrevivientes bajo los escombros también es escaso, y no se le ha permitido ingresar otros al país, lo que agrava aún más los problemas. 

Luego tenemos las llamadas abiertas del gobierno sirio a la Unión Europea solicitando ayuda en este momento de necesidad, que fue completamente rechazada al principio. La UE, que junto a EE. UU. ocupa tierras sirias ilegalmente y sanciona a esa nación, se apresuró a anunciar que ni siquiera se pondría en contacto con Damasco.

Debe quedar claro: Occidente no solo desairó a Siria y ha demostrado que está preparado para ignorar el sufrimiento sirio, sino que con toda intención estaba dejando morir activamente a los sirios incluso después de que el gobierno de esa nación buscó ayuda. 

¿Cuál ha sido la reacción de los medios occidentales ante este flagrante desprecio por las vidas sirias y las prácticas criminales antihumanitarias de sus gobiernos? Baste decir que una de sus voces favoritas, Charlie Hebdo, publicó un artículo en el que se burlaba abiertamente de los muertos en el terremoto, bromeando sobre no necesitar tanques para hacer el trabajo que hizo el desastre natural.

En el "jardín de Occidente", los medios de comunicación y los expertos que expresan abiertamente su odio hacia el mundo árabe y musulmán son defendidos por su “libertad de expresión”, mientras que los medios de comunicación rusos e iraníes están prohibidos en nombre de la seguridad, y Julian Assange es destinado a pudrirse en un celda por exponer los crímenes de guerra cometidos por los gobiernos occidentales.

Todo esto tiene que remontarse a la forma de pensar supremacista occidental, la ideología que predica sobre el humanitarismo, la libertad de expresión y una serie de otras virtudes que afirman son verdaderas, mientras se niegan a aplicar cualquiera de esas normas morales a favor de los "extraños". Y para aquellos que están adoctrinados en la mentalidad del liberalismo occidental, cualquiera que viole el código supremacista de autoelogio y desafíe su mentalidad de "nosotros sobre ellos", constituye un extraño.

Es por eso que permitir que Occidente se describa a sí mismo como el “mundo libre” o el “mundo civilizado” debe ser desafiado, porque de acuerdo con ese marco, todo lo opuesto a Occidente pasa a ser "bárbaro, opresivo e incivilizado", que son las representaciones asignadas a todos los enemigos de los gobiernos occidentales.

Aunque los regímenes occidentales nunca admitirán abiertamente que son supremacistas racistas, esto es lo que sustenta su visión del mundo y les permite dictar quién debe ser considerado digno de recibir ayuda, y quién puede resistir la tiranía y establecer naciones independientes.

Las muertes de esos sirios que podrían haberse salvado con la ayuda de Occidente están todas en manos de los regímenes cómplices que dicen ser "libres" y "civilizados", pero tienen definiciones muy diferentes para estos términos de las que encontraremos. en cualquier diccionario. 

Las enmiendas temporales en las sanciones de EE. UU. a Siria, que aliviarán un poco la crisis humanitaria, no son suficientes y constituyen un enfoque demasiado escaso y tardío. Si estas sanciones se hubieran levantado después de repetidos llamados de expertos de la ONU para hacerlo, Damasco podría haber estado en condiciones de salvar muchas más vidas.

Las sanciones debieron levantarse desde el momento en que se produjo el terremoto, pero Washington decidió jugar a la política durante días mientras la gente se asfixiaba y moría congelada bajo los escombros.

Para lo que sirvió este horrible desastre natural es para ejemplificar los efectos sobre la población civil que sufre bajo esos rejuegos políticos, tal como vimos con los cientos de miles de muertos por las sanciones estadounidenses a Irak después de la primera guerra del Golfo.

Obtener ayuda para Siria sigue siendo un problema, y la modificación de las sanciones es apenas un comienzo. 

Fuente: Al Mayadeen


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