Los trabajadores ferroviarios que limpian el lugar de un accidente en East Palestine, Ohio, donde un tren de Norfolk Southern descarriló y derramó químicos tóxicos el mes pasado, se están enfermando en el trabajo, según denunciaron los sindicatos del sector en una carta enviada a funcionarios federales, estatales y municipales.
En la carta denuncian que los trabajadores ferroviarios que están realizando la limpieza no recibieron el equipo de protección personal adecuado para trabajar en un sitio donde se habían derramado materiales peligrosos y cancerígenos. Los 35 a 40 empleados de la empresa Norfolk Southern sólo recibieron máscaras de papel o N95, guantes de goma, botas o cobertores.
La empresa "no ofreció ni proporcionó a estos trabajadores el equipo de protección personal adecuado, como respiradores que están diseñados para permitir trabajar de manera segura con cloruro de vinilo, protección para los ojos y ropa protectora como trajes de reentrenamiento químico”, dice la carta, y continúa: "Esta falta de preocupación por la seguridad y el bienestar de los trabajadores es, nuevamente, un principio básico del modelo comercial de reducción de costos (de Norfolk Southern)".
Dirigentes de 12 sindicatos se reunieron en Washington, DC, con el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y Amit Bose, administrador de la Administración Federal de Ferrocarriles, el miércoles para hablar sobre el descarrilamiento desastroso de un tren que amenazó con explotar y arrasar un pequeño pueblo de Ohio. Para evitar la explosión, las cuadrillas drenaron los materiales peligrosos de los vagones del tren en una "quema controlada", pero aún así se produjo una enorme nube de gas tóxico.
Aunque las autoridades sostienen que el lugar del accidente es seguro y que los niveles de aire y agua están volviendo a la normalidad, un estudio independiente de los datos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) encontró que las concentraciones de algunas sustancias químicas “pueden ser un problema para la salud”. De hecho algunos residentes del lugar han informado que están enfermos desde el accidente.
Los trabajadores por su parte han reportado permanentes "migrañas y náuseas" desde que comenzaron las tareas de limpieza en el lugar.
Un trabajador denunció que le pidió a su supervisor que lo trasladaran fuera del lugar del accidente porque estaba experimentando síntomas preocupantes. Su supervisor nunca se puso en contacto con él y lo dejaron en el lugar de trabajo, afirma la carta.
Además en la carta de los sindicatos cuestionan a Norfolk Southern y a la industria ferroviaria estadounidense en general por reducir los empleos ferroviarios y anteponer las ganancias a la seguridad de los empleados y los trenes.