Una serie de enfrentamientos violentos estalló el martes cuando los manifestantes marcharon a lo largo de un bulevar en París contra el proyecto de ley de reforma de pensiones del gobierno francés. La policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
Trabajadores de diferentes sectores abandonaron sus puestos de trabajo y realizaron manifestaciones en la capital y otras ciudades del país. Las refinerías han detenido las entregas de combustible, la mayoría de los trenes se han detenido y la producción de energía ha disminuido durante la acción industrial.
La convocatoria de huelgas y manifestaciones había sido emitida por todos los principales sindicatos. Han prometido paralizar el país.
Se han bloqueado las entregas de combustible de todas las refinerías francesas. Hay ocho refinerías en Francia continental y el sindicato CGT dijo que los huelguistas habían bloqueado las salidas de todas ellas.
Las manifestaciones ya se estaban formando temprano en la mañana. Una carretera nacional en la ciudad de Rennes había sido bloqueada por alrededor de 100 manifestantes desde la 1 am.
El martes marcó el sexto día de huelgas y protestas desde mediados de enero, y los sindicatos dijeron que sería el más grande hasta ahora.
1,28 millones de personas protestaron: Ministerio
Se estima que 1,28 millones de personas se manifestaron en todo el país el martes contra los planes de Macron de retrasar la edad de jubilación a los 64 años, dijo el Ministerio del Interior.
La cifra sugiere que las manifestaciones fueron algunas de las más grandes en décadas, ligeramente superiores a los 1,27 millones estimados durante una ronda anterior de protestas contra la reforma el 31 de enero.
El sindicato de extrema izquierda CGT calculó el número de manifestantes en 3,5 millones.
"Hago un llamado a todos los empleados, ciudadanos y jubilados del país que están en contra de la reforma de las pensiones a salir y protestar en masa", dijo el lunes el líder del sindicato CFDT, Laurent Berger. “El presidente no puede quedarse sordo”, agregó. "Hoy hay un gran movimiento social... y necesitará una respuesta política".
Un líder sindical, Emmanuel Lépine, dijo la semana pasada que el objetivo de bloquear las entregas de combustible era "poner de rodillas a la economía francesa".
El polémico plan incluye elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años y aumentar la cantidad de años durante los cuales los trabajadores deben realizar aportes para una pensión completa.
El presidente puso el plan en el centro de su campaña de reelección el año pasado, y su gabinete dice que los cambios son esenciales para evitar que el sistema de pensiones caiga en déficit en los próximos años.
Pero enfrentan una feroz resistencia tanto del parlamento como del público, con casi dos de cada tres personas en todo el país apoyando las protestas en su contra, según una encuesta del grupo de encuestas Elabe publicada el lunes.
Fuente: PressTV