Hoy, día 15 del mes sagrado de Sha'ban, el mundo islámico celebra el nacimiento del Imam Muhammad ebn Hasan, conocido como Mahdi, el duodécimo y último Imam infalible de la tradición islámica chiita.
Imam Mahdi (Que Dios apresure su advenimiento) es hijo del Imam Hasan Askari (Que la paz sea con él), el undécimo Imam chiíta y Narges (Narcissus) Khatun, una princesa bizantina que se convirtió al Islam.
En la doctrina islámica, el Mahdi es el Mesías, el que vendrá un día para traer la paz y la justicia al mundo.
Según el credo chiíta, el Imam Mahdi también se define como el "Imán oculto", ya que los chiítas creen que no está muerto, pero, para permanecer inmune a los complots de los tiranos, se escondió de la vista de los hombres por el voluntad de Dios, mientras se continúa viviendo en este mundo.
El Mahdi está vivo y vela por la Ummah islámica y la humanidad en general, y espera el momento en que por voluntad de Dios tendrá que reaparecer a la humanidad para traer justicia al mundo y establecer el Gobierno de Dios.
El momento exacto del final del ocultamiento no es conocido por los humanos, pero hay una serie de condiciones necesarias para que esto suceda.
La condición principal es la voluntad de los hombres de seguir la palabra de Dios, por lo tanto, su compromiso de guardarse de los pecados y de seguir el camino de la virtud.
Pero una condición indispensable es que los hombres busquen la justicia en todos los niveles, tanto en áreas estrechas como la familia y las relaciones cotidianas, como en un sentido más amplio en la sociedad y en el mundo.
En consecuencia, los hombres deben luchar contra la injusticia, aunque ello implique la renuncia a los privilegios personales y sectarios (obtenidos a través de la injusticia), así como el hecho de no aceptar los abusos de los poderosos y, por tanto, estar dispuestos a aceptar las consecuencias de la lucha sin rebajar la cabeza por puro miedo y sufre las acciones de los poderosos con apatía.
Una vez que tales condiciones hayan sido creadas en la mayoría de los hombres, significa que estarán listos en sus corazones para aceptar al Mahdi y estarán maduros para seguirlo en su trabajo. En ese momento, por la voluntad de Dios, el ocultamiento llegará a su fin y el Imam Mahdi se aparecerá a la humanidad.
Según la tradición islámica, en el momento de su advenimiento, el Imam Mahdi estará acompañado por Jesucristo, quien regresará del cielo para estar a su lado.