Israel posee total libertad para actuar y llevar a cabo su plan geográfico, muy conveniente también para los intereses occidentales, que consiste en, literalmente, llevar a cabo las tesis que los nacionalsocialistas de Hitler intentaron llevar a cabo en la II Guerra Mundial en lo relativo ha su expansión geográfica.
Lebensraum alemán significa «espacio vital» y aunque este término fue acuñado antes del siniestro III Reich por Friedrich Ratzel, en el estipulaba que había una vinculación entre la nación y la geografía que ocupaba y que este espacio debía de ser capaz de otorgar todos los bienes necesarios para la supervivencia del estado. El régimen nazi de Hitler pretendía aumentar el territorio Alemán a costa de los eslavos, al este, y al mismo tiempo anexionar territorios donde habitaban alemanes étnicos (el anschluss austriaco, la invasión de checoslovaquia para anexionar a los alemanes étnicos, sudetes, o la conquista de las zonas germánicas de Polonia).
Hoy el sionismo israelí ha copiado esas tesis desde el año 1967, tras la conquista de Palestina y la posterior instauración de un régimen militar que acosa a los palestinos en Cisjordania motivándolos a irse, cuando no matándolos en la calle, o encerrándolos en el mayor campo de concentración de la historia, La Franja Gaza, violando así el Derecho Internacional. La excusa para esta ideología es, como en todos los ultranacionalismos, el revisionismo histórico y la vuelta a un pasado glorioso, en este caso la restauración del antiguo reino de Israel a costa de los territorios palestinos renombrados con los antiguos nombres hebreos de Shomrom y Yehuda (Samaría y Judea), por lo que la Israel histórica nacida en los años 40 se expande hacia el este buscando la restauración nacionalista a costa de una población que se ve reducida al apartheid y la segregación en base a la ideología racista y supremacista propia del sionismo.
Para apuntalar la anexión y el lebensraum sionista israelí el gobierno ha desplazado a miles de israelíes, provenientes de diversos lugares del mundo como Argentina, la extinta Yugoslavia o URSS a colonias situadas en territorio conquistado a fin de realizar una sustitución étnico-religiosa como todo racismo de estado, negando los derechos de los autóctonos, persiguiendo sus aspiraciones nacionales como pueblo, denostando su raza y su religión al mostrar la raza árabe como atrasada y la religión islámica como terrorista a través de comunicación y páginas sionistas en redes sociales pero al mismo tiempo robando la cultura nacional palestina o su gastronomía, por ejemplo, el Dabke, danza tradicional de todo el levante mediterráneo es mostrada como una danza israelí o las comidas tradicionales del oriente mediterráneo como el falafel o el hummus son comidas israelíes. Cultura robada por un estado creado artificialmente desde los años 20 del siglo XX, cristalizado como estado administrativo en los años 40 del siglo XX y poblado por personas llevadas desde otros lugares del mundo siguiendo una ideología nacionalista.
Pero no solo ha robado a los Palestinos, sino a los judíos también. El sionismo ha secuestrado a la religión Judía, emponzoñando (o intentándolo) la cultura religiosa y se ha parapetado tras los horribles acontecimientos históricos sufridos por el pueblo judío a lo largo de la historia para blindarse ante toda crítica, venga de donde venga, incluso de otros judíos como el Profesor Norman Finkelstein, Noam Chomsky, Amos Oz o Uri Avnery. Y es que el estado de Israel se ha otorgado a si mismo el papel de protector de las comunidades judías en el mundo, logrando una cobertura más efectiva para evitar criticas a sus constantes violaciones de derechos humanos en Palestina ya que siempre se jugará la carta del antisemitismo ante cualquier crítica cuando los ataques hacia Israel no es por su razón de ser un autoproclamado estado judío sino de violar el derecho internacional y los derechos humanos ocupando territorios a Egipto, palestina, siria o provocando emergencias humanitarias constantes en Gaza, sometiendo a detenciones administrativas a los Palestinos. Lo curioso es que únicamente existen excusas para el estado de Israel, no para china en el tibet, india en cachemira o sudán en darfur.
Y lo peor es que Israel no se conforma sólo con Palestina, su objetivo nacional es construir el Eretz Yisrael (el Gran Israel), que llega desde el Nilo (Egipto) hasta el Éufrates (Iraq).
Koldo Salazar para AnnurTV