Hace unos días, por petición de Elif Eralp, una diputada del parlamento de la ciudad-estado que es Berlin integrante de la formación izquierdista Die Linke, las autoridades educativas de la ciudad reconocían haber pagado 22.170 euros a mujeres en indemnizaciones en casos de discriminación por no haber sido contratadas para integrar el equipo docente de escuelas públicas debido a que llevaban el velo islámico.
Desde 2016, nueve mujeres musulmanas han llevado a las autoridades ante los tribunales porque los responsables de la ciudad, argumentaban no contratarlas por llevar el velo. Esa prenda religiosa, según la lógica del estado federado que es Berlín, atentaba contra la ley berlinesa de neutralidad.
Sobre esa ley, sin embargo, ha tenido que pronunciarse el Tribunal Constitucional de Alemania, con sede en Karlsruhe (oeste germano). Lo hacía el pasado mes de enero a iniciativa de la propia ciudad de Berlín, que llevaba a esa instancia judicial una decisión de un tribunal de lo social con fecha de 2020 que dio la razón a una mujer musulmana en su lucha por discriminación contra las autoridades de la capital.
Los magistrados de Karlsruhe concluyeron que llevar el velo no es algo que se pueda prohibir como regla general y “sin dar razones”. Eso es algo que se habría estado produciendo en Berlín en virtud de la llamada Ley de Neutralidad. En dicho texto se lee: “Los profesores y otros empleados con un mandato pedagógico en las escuelas públicas (…) no pueden llevar ningún símbolo religioso o ideológico visible dentro del servicio”. Eso implica que que no pueden “llevar ninguna vestimenta religiosa o ideológica llamativa”.
Poco después, comenzaría la cascada de casos de discriminación a los que ha ido enfrentándose la administración berlinesa. Según ha recogido el diario generalista berlinés Der Tagesspiegel, las nueve denuncias a las que han tenido que enfrentarse las autoridades berlinesas por la cuestión de la prohibición del velo se han saldado con resultados diversos, informó Nius Diario.
En tres de ellos las autoridades se salieron con la suya. En otro caso, una mujer terminó retirando la denuncia. Otras cuatro mujeres terminaron alcanzando un acuerdo con las autoridades fuera de los tribunales. Sólo en un caso ha perdido la ciudad frente a la demandante.