Imaginemos que el gobierno islámico, para satisfacer la necesidad de un área y asegurar el bienestar público, ordena la construcción de una carretera.
La carretera es necesaria debido a las necesidades de la región y al creciente número de vehículos. Sin embargo, para construir una carretera habría que demoler algunas casas.
Aquellos cuyas casas sean demolidas inevitablemente encontrarán dificultades y problemas.
Pero los problemas por los que pasan pocas personas no tienen por qué impedir que el gobierno ignore las necesidades, el bienestar y los intereses de una sociedad.
En el Islam se da mucha importancia a los derechos de cada individuo, pero se pone más énfasis en los derechos de la sociedad.
El Comandante de los Fieles, Imam Ali (p), le dijo a Malik al-Ashtar: “Acumulan bienes para obtener ganancias y fijan precios altos para los bienes. Esto es una fuente de perjuicio para el pueblo y una mancha para los oficiales comisionados. Evita que acumulen riquezas indebidamente, porque el Mensajero de Allah (SW) lo ha prohibido. La venta debe ser regular, con pesos y precios correctos, sin perjuicio para ninguna de las partes, tanto vendedor como comprador. A los que cometan acaparamiento después de que vosotros lo prohibáis, infliged un castigo ejemplar pero no excesivo". (Carta 53 de Nahj al-Balagha)
El Imam (p) también dice que al manejar los asuntos del gobierno se debe tener cuidado para asegurar el bienestar y la satisfacción del público, aunque algunos individuos se sientan descontentos.