Roberto Chambi Calle[1]
Seguramente EEUU y sus aliados estaban incómodos por la presencia de la comitiva iraní a la cabeza de su presidente Ebrahim Raisi, ya que este país durante el gobierno de George W. Bush fue —hasta el día de hoy— tildado junto a Corea del Norte e Irak como el “eje del mal”, en un escenario donde la bestialidad del imperio no respetaba nada, creyéndose así mismo el “sherif” de la aldea global; hoy esta percepción es anacrónica y fallida frente a una realidad lapidaria, pues la multipolaridad es quien maneja las riendas del mundo, y si no quieren entenderlo por las buenas, seguro lo comprenderán por los misiles hipersónicos de los ayatolas.
La visita persa a la Patria Grande no solo ha servido para fortalecer los lazos de amistad y hermandad entre las naciones que hoy resisten sanciones y bloqueos de Washington, ya que la cooperación iraní no solo se limita a cuestiones meramente comerciales y financieras, sino por sobre todo es una cuestión de principios y axiomas que obedecen al Derecho Internacional, la solidaridad, la cooperación, el respeto a la soberanía y la autodeterminación de las naciones; las mismas que están cristalizadas no solo en tratados y convenios, sino en su Constitución que se opone a cualquier tipo de opresión, y es que Venezuela, Cuba y Nicaragua son en la actualidad las victimas más golpeadas por el brazo de hierro de “Mr. Danger”.
Ahora; ¿Qué hace que este país coopere con otros? Muchos dirán que es parte de las relaciones internacionales o que obedecen a los principios establecidos en la Carta de Naciones Unidas o simplemente es un compromiso “Pacta sunt servanda”, en el caso de la República Islámica, no solo se limita a los ya mencionados, sino que esta fundamentalmente obedece a sus principios espirituales y es que el cimiento jurídico político de este país reposa no solo en su constitución; sino en su libro sagrado el Corán; a tal fin cuando la Ley de Leyes de los iraníes manifiesta que “La República Islámica es un sistema establecido sobre la base de la fe” “En el Dios único y en la especificidad de la soberanía y del poder de legislar y en la necesidad de someterse totalmente a Él” (art.2.1), estableciendo que ellos, no solo se someten a las normas positivas sino por sobre todo a las divinas, siendo su mecanismo de acción en el plano internacional el de “organizar la política exterior del Estado basándose en los valores (…) el compromiso fraterno y (…) el total apoyo a los desheredados del mundo”. (Art. 3.16).
Ese compromiso fraterno, al que hace mención su constitución, impulsa a que los persas lleven ayuda a los países necesitados; pues no solo se trata de comercio, mercado y ganancias, sino de dignidad humana, ya que al brindar su asistencia fortalece la hermandad y solidaridad mundial, notorios en los distintos acuerdos que realizó con Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Hoy el avance de la multipolaridad en medio de las más de 800 bases militares de EEUU en el mundo, es una realidad contundente que nadie puede frenarla. La visita del mandatario iraní es una muestra de cómo un país sancionado y bloqueado tiene la capacidad para espetar el bloqueo y ayudar sobre la base de su potencial económico, político y militar a los necesitados.
La postura de Teherán tiene su raigambre no solo en las cuestiones materiales sino en las dimensiones espirituales; ya que su política exterior es a favor de los oprimidos frente a los opresores, siendo su política internacional el motor de la solidaridad y la fraternidad tal cual lo señala su Constitución; que “La política exterior de la República Islámica de Irán se basa en la negación de toda dominación o sometimiento”(art. 152), así como “su fin principal es la felicidad del hombre (…), reconociendo que la independencia, la libertad y un gobierno justo y verdadero es un derecho de todos los pueblos(...)”, y que por tal motivo "respalda la lucha justa de los desheredados frente a los arrogantes en cualquier parte del mundo" (art.154), cimentándose con ello que su política internacional, no solo es para sí misma; sino para todos aquellos pueblos que son amenazados o humillados por sus “verdugos”, siendo esa la verdadera esencia de su solidaridad, y si aun así los paladines de la “libertad y democracia” no la respetaran, peor aún la desafiaran, deberán atenerse a las consecuencias de su desarrollo tecnológico, científico y militar.
Por Roberto Chambi Calle
[1] Jurista y analista en RRII, miembro del Centro de Estudios en Geopolítica Internacional y Civilización Islámica (CEGICI) “Ayatola Jomeini”.