Mahdi al-Mashat dijo el martes por la noche que Washington obstruye cualquier iniciativa de paz para poner fin a la guerra en Yemen a menos que el plan se ajuste a sus agendas colonialistas para beneficiarse de recursos alternativos como préstamos con intereses altos, algo que implica riesgos bastante enormes para Yemen.

Además, enfatizó que todas las medidas arbitrarias adoptadas en las áreas ocupadas en el sur de Yemen están en línea con los esquemas estadounidenses destinados a legitimar su presencia y hacer cumplir sus políticas egoístas.

Mashat criticó como totalmente inaceptable la prolongación del sufrimiento del pueblo yemení, confiscando buques de carga con destino al puerto de Hodeida en el Mar Rojo de Yemen en Yibuti, y legitimando el bloqueo liderado por Arabia Saudita a través del Mecanismo de Verificación e Inspección de las Naciones Unidas para Yemen [UNVIM].

También advirtió a la coalición de guerra liderada por Arabia Saudita, respaldada por Washington, contra la continuación de la guerra y el bloqueo contra Yemen, advirtiendo que “la privación de la nación yemení de sus bienes no puede continuar sin respuesta y sin ninguna rendición de cuentas”.

Altos funcionarios yemeníes han advertido repetidamente sobre complots liderados por Occidente contra las naciones yemeníes.

El mes pasado, el primer ministro del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen advirtió sobre un malvado proyecto desarrollado por ciertos gobiernos occidentales y el régimen de ocupación israelí que tiene como objetivo la unidad y la integridad territorial del país.

Dijo que el escenario ha obtenido el apoyo de la mayoría de los estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo [CCG].

Agregó, sin embargo, que el Gobierno de Salvación Nacional con sede en Sanaa “cortó de raíz el complot diseñado por Estados Unidos y continúa luchando contra otros movimientos hostiles contra Yemen”.

Arabia Saudita inició una brutal guerra de agresión contra Yemen en marzo de 2015, consiguiendo la ayuda de algunos de sus aliados regionales, incluidos los Emiratos Árabes Unidos, así como envíos masivos de armamento avanzado de EE. UU. y Europa occidental.

Los gobiernos occidentales extendieron aún más su apoyo político y logístico a Riyadh en su intento fallido de restaurar el poder en Yemen al antiguo gobierno instalado por Arabia Saudita en el país.

El expresidente del gobierno yemení, Abd Rabbuh Mansur Hadi, renunció a la presidencia a fines de 2014 y luego huyó a Riad en medio de un conflicto político con Ansarullah. El movimiento ha estado manejando los asuntos de Yemen en ausencia de una administración que funcione.

La guerra provocó además la muerte de decenas de miles de yemeníes y convirtió a toda la nación en el escenario de la peor crisis humanitaria del mundo.

Fuente: Al Ahed